Mariano Rajoy seguirá al mando del PP. Así lo decidió ayer, sin votaciones, por asentimiento, el Comité Ejecutivo del partido conservador, que se reunió durante tres horas para valorar los resultados electorales. Ninguno de sus miembros pidió la cabeza del candidato derrotado ni él hizo amago de entregarla porque no presentó la dimisión en ningún momento.

El exvicepresidente compareció ante los medios de comunicación cuando terminó la reunión e intervino con serenidad y contundencia. "Yo haré el debate de investidura y yo convocaré el próximo congreso del partido en los plazos ordinarios", afirmó categórico, dando a entender con rotundidad que será el líder de la oposición y que sigue al timón cuando menos hasta enero, la fecha prevista para la celebración del 15º Congreso del PP.

Por si no estaba claro, Rajoy afirmó, con segundas, que ni siquiera ha consultado con José María Aznar la decisión de seguir al frente del partido. Y añadió, con ironía, que "como nadie ha dicho nada" en el Comité Ejecutivo, da por sentado que cuenta con el apoyo del partido para comenzar a trabajar "desde ya" para recuperar la confianza de los electores y el poder.

El líder conservador explicó que "sustancialmente" no se habían producido críticas en las 25 intervenciones que hubo en la reunión, además de la suya y la de Aznar. Dió a entender que todos los asistentes habían coincidido en que habían cumplido con su deber y que el atentado de Al Qaeda fue lo que provocó la distorsión de las previsiones.

EMOTIVIDAD Rajoy destacó que "nunca ha habido tanta emotividad" a la hora de votar en unas elecciones. En ningún momento aceptó ni siquiera la hipótesis de que el ocultamiento de la verdad a los ciudadanos hubiera tenido algo que ver con la derrota.

De hecho, el secretario general del PP aseguró que el Comité Ejecutivo Nacional había mostrado todo su apoyo "a la forma de hacer las cosas por parte del Gobierno". "En todo momento dimos cuenta a la opinión pública de lo que sabíamos", aseveró.

Una vez aclarado que será él quien se enfrente a José Luis Rodríguez Zapatero en la sesión de investidura, Rajoy señaló que van a mantener "una colaboración leal e incondicional" con el PSOE para defender el modelo de Estado de la España constitucional, colaborar en la lucha contra el terrorismo y actuar unidos en política internacional. El líder del PP no precisó si planteará pactos de Estado concretos al PSOE o la colaboración será puntual aunque insistió en que el pacto antiterrorista "no se debe romper de ninguna manera".

Aunque afirmó que en esos temas de Estado "si el PSOE nos necesita, nos tendrá ahí incondicionalmente", hubo un pero a la colaboración incondicional que dejó sembrada la duda de si la colaboración acabará materializándose. Rajoy afirmó que los socialistas pueden contar con ellos, pero "para acertar", es decir, si coinciden. Y, como ejemplo, dijo que "según qué política antiterrorista hagan, la apoyaremos o no".

EL APOYO DE AZNAR El expresidente Aznar intervino ante el comité para pedir que los errores que se hayan cometido fueran asumidos por todos y destacó que el PP es, sobre todo, un partido cohesionado. Aznar reclamó el apoyo de todos para Rajoy y pidió que sigan trabajando a fondo, a pesar de la derrota, para cumplir con la obligación de defender a los más de nueve millones y medio de votantes que aún confían en ellos.