Extremadura sigue creando plazas geriátricas pese a la recesión. El envejecimiento de la población provoca una demanda asistencial que ha derivado en que los geriátricos públicos y privados de la región hayan incrementado un 2,1% su capacidad en el último año hasta alcanzar las 11.523 plazas. Este ritmo de crecimiento se sitúa medio punto por encima de la media nacional. Así lo avala un estudio nacional sobre el sector elaborado por la consultora DBK.

Extremadura es la comunidad autónoma en la que la iniciativa privada tiene un menor peso dentro del mercado de las residencias para la tercera edad. De las 11.523 plazas residenciales que hay en los geriátricos extremeños, menos de la mitad (5.411) están en residencias de titularidad privada, mientras que 6.112 se encuentran en centros públicos. De esta forma, la Junta de Extremadura o los ayuntamientos controlan un 53% de las plazas, justo el doble de lo que se promedia a nivel nacional.

Gracia Ramiro, directora de la residencia Puente Real II, en Badajoz, atribuye esta desproporción a "la falta de iniciativa privada". "La inversión necesaria para construir una residencia es muy alta, y luego los gastos de mantenimiento son también muy elevados", argumenta, al tiempo que señala también que los "grandes grupos residenciales" siguen teniendo muy poca presencia en la región.

Inés Fernández, directora de la Residencia Geriátrica Buenavista, de Losar, apunta otros dos factores que pueden estar detrás de esta menor proporción de establecimientos privados. Por un lado, que "el poder adquisitivo" medio de las familias en la región está por debajo del nacional, lo que les dificulta el acceso a estos centros. Por otro, los prejuicios que en Extremadura algunas personas continúan manteniendo contra estos centros.

El informe de DBK también revela una ralentización en el ritmo de crecimiento de este sector en España. En el 2010 el número de plazas creció un 1,6%, menos de la mitad del 3,7% contabilizado en el 2009, y muy inferior al 5,3% experimentado en el 2008. En total, la red nacional de residencias para la tercera edad estaba integrada a diciembre del 2010 por 5.297 centros, con una dotación de 354.955 plazas. La facturación del sector se situó el año pasado en 2.470 millones, lo que supuso un crecimiento del 0,8% respecto al ejercicio anterior. "Aunque con un menor dinamismo en comparación con años anteriores, la gestión de centros públicos y de plazas concertadas con la Administración sostuvo el negocio de muchos operadores, mientras que las residencias privadas puras acusaron en mayor medida la disminución del grado de ocupación", se explica desde DBK.

En esta misma línea, en Extremadura el número de residencias se mantuvo estable a lo largo del pasado año: 229, de las que algo menos de un tercio (74) son privadas. En cuanto a las plazas, aumentaron un 2,1%, medio punto más que a nivel nacional, aunque lejos del 4,3% del ejercicio precedente. "La crisis no la hemos notado", asegura Gracia Ramiro, que achaca esta buena evolución a "que hemos centrado nuestro modelo en la calidad del servicio". Las dos residencias Puente Real, ambas en Badajoz, cuentan con algo más de doscientas plazas para "toda tipología de residentes: válidos, semiválidos, asistidos, encamados....". De ellas, 78 son concertadas, con una lista de espera de un centenar de personas. Para el resto, aguardan otros cuarenta ancianos.

Tampoco van mal las cosas en la Residencia Buenavista. Inaugurada en el 2000, el año pasado amplió sus instalaciones y ahora está preparando una segunda ampliación para pasar de 54 a 90 plazas. La lista de espera es de 42 personas.