El PSOE de Extremadura aceptó ayer la dimisión de José Antonio Redondo como alcalde de Trujillo y diputado provincial, tres días después de conocerse la sentencia del Juzgado de lo Penal de Cáceres que le condenaba por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas y por desobediencia a la autoridad.

Aunque el portavoz del PSOE de Extremadura, Francisco Fuentes, dijo que el alcalde puso sus cargos a disposición del partido, otros dirigentes políticos consultados aseguraron que Redondo fue presionado para que abandonara la alcaldía y el escaño de diputado provincial. Los órganos de dirección del partido en Cáceres y Mérida forzaron puertas adentro la renuncia del primer edil y tras su abandono no escatimaron elogios para despedirle. Así, Fuentes calificó como "un error" lo ocurrido, advirtió que se marchaba con las manos limpias, y consideró que era "un buen alcalde". También la Comisión Ejecutiva Provincial del PSOE de Cáceres dijo que la decisión "le honra" y subrayó que no ha cometido ningún delito en el ejercicio de su cargo.

La condena del Juzgado de lo Penal de Cáceres, que impuso a Redondo una sanción de 3.260 euros y 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad por triplicar la tasa de alcohol permitida mientras conducía un coche oficial, además de privarle durante un año y medio del permiso de conducir, ha precipitado su salida de la alcaldía, prevista para el ecuador de la legislatura, entre otras cuestiones por exigencias de su socio en el gobierno local, Aurelio Moreno (IU-Siex).

Redondo trató de aferrarse a la alcaldía después de que el fallo judicial rebajase las penas solicitadas por el fiscal. El pasado viernes, el alcalde comentó detalles sobre la sentencia en el transcurso de las reuniones de la Ejecutiva y el Comité Provincial del PSOE, donde puede que el secretario provincial, Juan Ramón Ferreira, le aconsejara por primera vez que dimitiera. Ayer intercambiaron varias llamadas de teléfono para zanjar el asunto.

El presidente de la Diputación Provincial de Cáceres, Juan Andrés Tovar, le agradeció los servicios prestados y dijo que Redondo ha tenido un gesto que va a marcar a toda la clase política de la región y de fuera de la región.

"Se va, de forma vulgar, porque ha metido la pata, pero con las manos limpias, y creo que esto debe servir de ejemplo para toda la clase política", dijo Tovar, convencido de que su marcha se produce "con toda la dignidad del mundo y no queda inhabilitado para la política". La ley establece que el primer suplente ocupará su puesto en el organismo provincial.

SUCESION El PSOE comenzó ayer a trabajar en el calendario que habrá de seguir para allanar el camino de la sucesión después de un mandato de 12 años de Redondo al frente de la alcaldía. Tras su dimisión por escrito, que tendrá lugar esta mañana, se producirá la renuncia formal en una sesión plenaria y posteriormente habrá que esperar a otro pleno para la entrega del acta de concejal al edil Javier Salor, que es el siguiente en la lista. Cumplido este trámite se procederá a la elección de nuevo alcalde.

El PSOE sorteará a Cristina Blázquez Bermejo, diplomada en Magisterio y hasta ahora concejala de Juventud y de la Mujer, para dar paso a María Curiel al frente de la alcaldía. Y ello a pesar de que Blázquez ha dicho en privado que, si se lo pedían, estaba dispuesta a asumir la responsabilidad de la alcaldía.

Tampoco quedará la situación fácil para Fernando Acero, el empresario de la construcción por el que Redondo había apostado para la sucesión de no haberse precipitado los acontecimientos. Este hombre, cuyo bautismo político se ha producido hace unos días al desempeñar el puesto de presidente del comité ejecutivo de la Feria Nacional del Queso, no figuraba en las listas del PSOE y sus aspiraciones pierden ahora rentabilidad, pues el partido tratará de sacar el máximo provecho al mandato de la nueva alcaldesa en lo que queda de legislatura para promocionarla dentro de tres años.

El Partido Popular (PP) de Extremadura no se sorprendió ayer con la renuncia de Redondo y requirió por la mañana a su diputado y portavoz del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Trujillo, Alberto Casero, para que se desplazara a Mérida a hablar con la prensa. Apenas media hora después de que los populares pidieran la dimisión del alcalde, "de forma voluntaria, por responsabilidad y coherencia", se produjo la comparecencia de Francisco Fuentes para dar a conocer su decisión en este asunto.

"Era lo lógico y esperado porque resultaba muy difícil mantener la situación", opinó Casero, quien nunca quiso adelantarse a pedir responsabilidades hasta disponer de los hechos probados de la sentencia. Para el PP, los hechos por los que ha sido condenado el alcalde de Trujillo son "muy graves" y exigían "mover ficha" a los socialistas. Aunque los populares se esperaban "respuestas evasivas y contradictorias" de los socialistas tras la sentencia judicial, ayer se toparon con la dimisión.