Los procesos de integración de las cajas españolas en el nuevo mapa financiero nacional se ha materializado en procesos de fusiones o de sistemas institucionales de protección (SIP).

Hasta la fecha ha habido siete uniones que cuentan con el visto bueno del Banco de España con las ayudas del FROB aprobadas. Estas son: Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa, que supone el 6,1% de los activos del sector; Caixa Sabadell, Caixa Terrasa y Caixa Manlleu, con el 2,2%; Caja España y Caja Duero, con el 3,7%; CAM, Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, con el 9,9%; Caixa Nova y Caixa Galicia, con el 6%; Caja Madrid, Bancaja, Caja Insular de Ahorros de Canarias, Caixa Laietana, Caja Avila, Caja Segovia y Caja Rioja, con el 26,3%; y Caja Granada, Caja Murcia, Caixa Penedès y Sa Nostra, con el 5,6%.

Luego hay dos uniones aprobadas por el Banco de España que no percibirán ayudas. La primera es la formada por Caja Navarra, Caja Canarias y Caja Burgos, que aglutina el 3,6% de los activos del sector; la segunda la componen Unicaja y Caja Jaén, con el 2,8%. A este listado de uniones se sumó ayer la adjudicación de Cajasur a la BBK que pedirá dinero al FROB.

En fase de autorización se encuentran la unión entre La Caixa y Caixa Girona, que acaparan el 20,3%; Cajasol con Caja Guadalajara, con unos activos del 2,4% del sector, y la operación en la que se encuentra Caja Badajoz con sus socios: Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón (CAI) y Caja Burgos.

Las tres entidades suman un volumen total de activos de 20.807 millones de euros, lo que significa el 1,6% del sector. El SIP se basa en acuerdos contractuales entre las entidades participantes, formándose una entidad de crédito con estatuto de banco que lleva la gestión.

Todavía quedan varias cajas de ahorros que no se han fusionado, como son Caixa Ontinyent, Caixa Pollença, Ibercaja, Caja Vital y la vasca Kutxa.