Extremadura contaba a fecha de 1 de octubre de este año con 1.083.482 habitantes, lo que supone 4.575 más que en enero del año 2008, cuando la crisis económica ya era una realidad. Sin embargo, este dato positivo contrasta con la pérdida general de 8.360 jóvenes de entre 25 y 35 años en el censo de población extremeño, coincidiendo con la recesión financiera y el incremento del desempleo, pasando de los 180.189 censados a comienzos del 2008 a los poco más de 171.800 registrados a 1 de octubre pasado. Otro dato revelador es que mientras la provincia de Badajoz ha ganado población en este período (+7.041 habitantes), la de Cáceres ha perdido 2.466.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer las Estimaciones de la Población Actual, que constituyen una aproximación estadística a la población residente en España, sus comunidades autónomas y provincias, en cada momento, en la que se hace uso de la última información disponible sobre la evolución demográfica del país. Sus resultados son utilizados en el INE como población de referencia en las encuestas a hogares y población y en el cálculo de todo tipo de indicadores (demográficos, económicos, etcétera) y son transmitidos como cifras de población de España, a todos los efectos, a nivel internacional.

El informe Generación JESP (Jóvenes Emigrantes Sobradamente Preparados), presentado el pasado mes de agosto por UGT señala que el 68% de los jóvenes españoles quiere emigrar para encontrar una salida laboral digna que no halla en España, y apunta que el grave nivel de paro, la precariedad laboral, debido a la alta temporalidad y sueldos bajos, y las dificultades de emancipación están forzando a una generación de jóvenes españoles a marchar al extranjero en busca de mejores perspectivas profesionales y vitales. Este estudio concluye además que los jóvenes que se van fuera son los que mejor formados están, lo que supone una importante pérdida de talento en España y que la mayoría de los que quieren irse no tienen perspectivas de volver.

En esta misma línea, los datos del censo de electores españoles residentes en el extranjero revelan que desde octubre del 2007 a octubre del 2010 más de 205.000 personas, la mayoría jóvenes, han abandonado el país.

DÓNDE VAN LOS EXTREMEÑOS

En el caso de Extremadura, a la hora de marcharse, la comunidad de Madrid es el destino elegido por la mayoría. Sólo el pasado año, 4.000 extremeños emigraron a tierras madrileñas, mientras que 2.600 lo hicieron a Andalucía y algo más de 1.600 se fueron a Cataluña, como los principales destinos.

En número absolutos, y según estos últimos datos del INE, Castilla y León ha perdido desde el año 2008 hasta octubre de este año algo más de 19.300 habitantes; el País Vasco, 7.322; Asturias, 5.614; Galicia, 2.577 y La Rioja tiene ahora 150 ciudadanos menos. Por el contrario, Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana son, por este orden, las regiones que más población han ganado desde que comenzara la crisis, sobre todo por la llegada de inmigrantes. En concreto, en tierras andaluzas se han censado 233.591 personas más; en Madrid lo han hecho 200.653; y en la Comunidad Valenciana 109.630.

Pese a ese aumento de población absoluta en los últimos años, las perspectivas que apunta el INE señalan una pérdida progresiva de población en la región hasta alcanzar los casi 7.500 habitantes menos durante la próxima década.

En la próxima década, el crecimiento vegetativo será aún menor, ya que morirán 15.204 personas más de las que nacerán. La perdida de población será menor gracias a la llegada a la región de habitantes de otros países y autonomías.

Estos datos contrastan con los dados a conocer el mes pasado por el Instituto de Estadística de Extremadura, que pronosticaba que la región ganaría 3.229 habitantes hasta 2.020, especialmente las grandes ciudades, aunque alertaba de que el despoblamiento amenazaba a comarcas como Las Villuercas y La Siberia.

En conjunto, la población española decrecerá en más de medio millón de personas (un 1,23%) en los próximos diez años debido fundamentalmente a un descenso en el número de nacimientos y una menor presencia de inmigrantes, según la proyección de población a corto plazo realizada por el INE.

La progresiva disminución del crecimiento natural de la población (diferencia entre nacimientos y defunciones) y los niveles muy discretos o negativos de la migración exterior serían los factores fundamentales que determinarían que ocho autonomías --Cataluña, País Vasco, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia, Asturias, La Rioja y Extremadura-- vean reducida su población durante 2011.

El saldo vegetativo entre 2011 y 2020 resultaría negativo en Galicia, Castilla y León, Asturias, País Vasco, Extremadura, Aragón y Cantabria. En el resto, los crecimientos poblacionales se mantendrían en niveles discretos y los mayores incrementos se darían en Baleares (3,65%), Canarias (2,71), Andalucía (2,66) y Murcia (2,33).

Además, de mantenerse la tendencia actual, la marcha de los extranjeros contribuirá negativamente al crecimiento demográfico en varias autonomías, especialmente en las que han recibido más inmigración en los últimos años, como Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco, Murcia, La Rioja, Navarra y Castilla-La Mancha.

En cuanto a la migración interior, la prolongación de los comportamientos hoy observados sitúan a Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña y Castilla-La Mancha como las autonomías que, en términos netos, atraerían más población procedente del resto de España, con saldos migratorios superiores a las 15.000 personas en todas ellas en el conjunto del periodo.

Por el contrario, Canarias, Andalucía y Castilla y León presentarían los saldo migratorios más negativos.