Año 1978. Extremadura nacía como autonomía. Los Reyes de España visitan la región. ETA asesina a otro guardia civil extremeño, Mariano Criado, de 24 años. Entonces, cinco pesetas daban derecho a escuchar dos de los superventas de entonces en las recién llegadas juke box . Se puso de moda el cuero negro ajustado. Grease hacia estragos en los cines y los extremeños empezaban a descubrir la gomina de Travolta como competidora del tradicional peine empapado en agua. Aquel año, Camilo Sesto erizaba los sentimientos de miles de jovencitas y Pablo Abraria dudaba entre ser gavilán o paloma .

Los bares se habían convertido en lugar de encuentro y allí empezaron a verse las primeras televisiones en color. Ochenta mil pesetas de las de entonces costaban aquellas inmensas pantallas en las que se pudo ver como un fallo de Cardeñosa dejaba a España fuera del Mundial de Argentina. Jóvenes y mayores se entremezclaban para compartir una programación televisiva única para todos y en la que hacía furor 625 líneas , Aplauso y Un hombre en casa .

LOS PRECIOS Aquel año 78 se registraron en la región 7.854 matrimonios. El divorcio aún no estaba de moda y los proyectos maritales se pensaban para toda una vida. Para unos recién casados, vivir de alquiler en un piso decentito en Badajoz o Cáceres les podía salir por 10.000 pesetas, lo mismo que hoy se gastarían en una camisa de Pedro del Hierro en Cortefiel. Comprarse uno salía por 2 millones de pesetas, los 12.000 euros que tendrían que desembolsar en el 2003 para tener un turismo de gama media. Ese año, la modernidad en las carreteras de la región llegaba en forma de R-12 y Seat 131 y Fernando García Tola le daba un toque distinto a la España televisiva con su programa La Clave .

Luis Ramallo se convertía en el primer líder político de una Extremadura en la que un emergente sindicalista llamado Felipe González competía con Mayra Gómez Kemp y Alfonso Suárez, entre los españoles más famosos. En el año en que Dámaso Alonso lograba el Premio Cervantes y fallecía Juan Pablo I, el salario mínimo mensual de un extremeño rondaba las 11.000 pesetas y un salario medio en torno a 25.000, los mismos 150 euros que hoy podría emplear un universitario para compartir piso en el Nuevo Cáceres.

LA CESTA DE LA COMPRA Leonid Breznev y Jimmy Carter eran los mandatarios políticos de mayor peso mundial. El Madrid ganó la Liga, que dedicaron al fallecido Santiago Bernabéu. Y en la cesta de la compra, por 200 pesetas las extremeñas podían adquirir algunos de los productos básicos para la alimentación familiar. Hace 25 años, el litro de leche salía por 35 pesetas, los mismos 21 céntimos de euros que muchos jóvenes emplean en el establecimiento de una llamada a un amigo con su móvil de última generación. Una barra de pan por 10 pesetas, un kilo de patatas 7 y un kilo de manzanas por 20 pesetas. Hoy esos precios se han multiplicado por diez.

Las nuevas generaciones de extremeños habían sacado un billete de ida y sin vuelta hacia la democracia. Hablar del uso de condones ya no era tabú. La edad media de las extremeñas para ser madre era de 29 años y la tasa de fecundidad era de 2,48 hijos por mujer. Ese año se inauguró el Hospital Materno de Badajoz y Adenex daba sus primeros pasos en la defensa de una Extremadura más verde. Por 26 pesetas tenías derecho a un café (10 pesetas), un paquete de Ducados (15) y un chicle de peseta para después del cigarrito .

Ese año nació la primera niña probeta y por 15 pesetas uno podía ponerse al día de toda la actualidad en los periódicos de una Extremadura que nada tiene que ver 25 años después.