Los agentes de la Policía Local de Badajoz, en concreto de la Brigada Verde, inmovilizaron el pasado miércoles en dos grandes naves del polígono industrial del Nevero un total de 550.000 juguetes de fabricación china que incumplen la normativa europea en materia de seguridad y que por lo tanto podrían resultar peligrosos para los niños menores de 3 años.

Se trata de la mayor incautación de juguetes ilegales que se ha producido en la comunidad autónoma hasta la fecha y el verdadero éxito de esta operación se estima en que todos estos artilugios que pueden representar un peligro para los niños se han retirado antes de que lleguen a las tiendas y a los hogares coincidiendo con la Navidad, la época del año en que más se venden. Los juguetes estaban ya preparados para salir al mercado. La ingente cantidad incautada en este lugar lleva a pensar a la policía que se trata de un centro para la distribución en la comunidad autónoma y seguramente en el país vecino. Esta actuación es el resultado de la investigación y vigilancia llevadas a cabo durante casi dos meses porque se sospechaba que estas naves podrían ser la central desde la que se distribuyen estos productos.

CHINOS Los almacenes donde se han requisado pertenecen al grupo Ouda y están regentados por ciudadanos chinos, en concreto un padre y un hijo. No ha habido ninguna detención porque se trata de una infracción administrativa. Los agentes municipales actuaron auxiliados por los inspectores de Consumo de la Junta de Extremadura. Ninguno de los juguetes intervenidos cumple los requisitos que marca la normativa europea y, según explicó el superintendente de la Policía Local pacense, Miguel Sardiña, muchos de ellos están dirigidos a niños menores de 3 años y son "muy peligrosos", no solo por los componentes de la pintura, sino porque "su construcción es muy débil, son fácilmente rompibles y pueden causar accidentes graves a los propios niños".

Entre los juguetes incautados hay muñecas, coches de distintos tamaños, teléfonos móviles con luces y sonido, menaje de cocina, bolsas de animales de plástico surtidos y muchos otros. Sardiña mencionó en concreto unos patitos de goma, los clásicos con los que los niños pequeños se divierten en la bañera y en los que tanto la pintura como el material son muy deficientes y el silbato que tienen debajo es de fácil extracción y por tanto el niño lo puede tragar. Como curiosidad, en el mismo almacén se han incautado 22 kilos de té que tampoco reúne los requisitos que marca la UE.