De Villar del Rey lo echaron y se fue para Alburquerque. Allí volvió a tener el mismo problema, y la ha acabado de liar en Puebla de Obando". Lo cuenta Juan Francisco Hernández, uno de los afectados por el supuesto fraude cometido en la sucursal de Banesto de esta última localidad, en relación a Emilio D., responsable de esta oficina bancaria y presunto autor de la estafa. Por contra, en Banesto negaron ayer que se hubiesen producido "irregularidades en otros pueblos" relacionadas con este empleado. "No consta nada en el expediente de este señor", señalaron desde la entidad bancaria, en la que afirmaron que "si alguien comete una irregularidad de este tipo, no continúa en el banco".

Sin embargo, este diario ha tenido acceso a una querella criminal presentada contra él en el 2007 por un vecino de Alburquerque por unos supuestos delitos de apropiación indebida, estafa y falsedad documental, hechos que habrían sucedido entre el 2004 y el 2005. Y si bien la querella fue archivada por falta de pruebas, "resulta especialmente llamativo que el banco no reanudase los procedimientos para la recuperación de la supuesta deuda que solicitaba", indica Manuel Villalón, abogado que se hizo cargo del caso.

Este letrado también asegura haber presentado en la oficina central de Banesto en Badajoz una carta en la que, además de solicitar documentación, se comunicaba la existencia de "fundados indicios de la posible comisión de diferentes delitos, en relación tanto con las operaciones crediticias, como con las disposiciones dinerarias" en la sucursal de Banesto en Alburquerque.

José Manuel Cabrera, responsable de la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) en Alburquerque, confirmó ayer que hasta esta organización llegaron hace varios años "ocho o nueve reclamaciones" relacionadas con la sucursal de Banesto, aunque desde este colectivo no se llevó judicialmente ninguno de ellos. "Mucha gente no se atrevió a denunciar por el qué dirán", apuntó. Las quejas habrían venido motivadas por prácticas muy similares a las denunciadas ahora en Puebla de Obando: transferencias irregulares o préstamos concedidos sin haberlo solicitado, además de "operaciones no autorizadas con planes de pensiones y fondos de inversión".

En el caso de la querella criminal del 2007, dirigida tanto contra Emilio D. como contra Banesto --en calidad de responsable civil--, esta estaba fundamentada en unos presuntos delitos de estafa, apropiación indebida y falsedad documental. El querellante, L. M., "Tenía 50.000 euros en el banco y al año y pico se encuentra con que, no solo no le queda nada, sino que además debe más de 35.000. Un hombre que no tiene ningún tipo de gasto, que ni siquiera sale a tomarse un café", resalta Villalón.

Según reza la querella, la supuesta víctima era una persona, "de alrededor de sesenta años, sin estudios ni educación de tipo alguno", por lo que era "una víctima fácil para alguien con un mínimo de formación y mucha falta de escrúpulos". "Al afectado se le hicieron firmar documentos bancarios relativos a préstamos para la adquisición de vehículos, arreglo de la vivienda, compras a terceros, .... que jamás han llegado a sus manos", recoge el texto. De la misma forma, se alega que a L. M. se le hizo firmar la adquisición de acciones por importe de más de 30.000 euros, "procediendo a la venta parcial de dichas acciones cada vez que su cuenta corriente llegaba a saldos mínimos, para así ir tapando las distintas operaciones de saqueo".

EN MAS CASOS La querella también añade que este tipo de prácticas se habían llevado a cabo en esta oficina bancaria "con bastantes personas más de la población citada". Esta reclamación fue, sin embargo, archivada, ya que los diferentes documentos bancarios contaban con la firma del querellante. "Era su palabra contra la de él", dice Villalón, que afirma que Banesto "estaba al tanto de lo que sucedía", pero que en lugar de reconocer los problemas, se limitó cambiar a este empleado de localidad.

"Yo tuve problemas con él, pero los solucioné posteriormente con el banco y ahora prefiero no remover el tema", apuntaba ayer un vecino de Alburquerque que aseguraba conocer varios afectados más en esta localidad. Aunque indicó que Emilio D. "aquí ha hecho muchas locuras", agregó que más que nada lo que se siente hacia él es "compasión", ya que considera que actuó acuciado por la presión de su puesto, con el fin de "alcanzar objetivos": "El no tiene nada. Pondría la mano en el fuego a que no se ha quedado ni un duro".

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