En el último año y medio los extremeños han sufrido el robo de más de 1.300 teléfonos móviles, la mayor parte de ellos en la ciudad de Badajoz, según los datos facilitados a este diario por la Delegación del Gobierno en Extremadura. De esta forma, este tipo de sustracciones se ha convertido ya en una de las principales causas de denuncia en la comunidad autónoma.

No en vano las principales empresas del sector y el propio Gobierno central se han sentado a negociar en los últimos tiempos para tratar de buscar fórmulas que puedan frenar de alguna manera un mercado negro en el que se pueden conseguir a muy bajo precio terminales de última generación. La situación ha llegado a un punto en el que incluso la Guardia Civil y la Policía Nacional empezaron en enero del 2002 a incluir estos robos en sus estadísticas oficiales.

En concreto, a lo largo del año pasado se presentaron hasta 967 denuncias por este motivo, mientras que en los primeros seis meses del 2003 ya se han denunciado 387 robos. Se da la circunstancia de que los datos conocidos hasta el momento desvelan que cerca del 40% de las sustracciones totales se produjeron en la misma ciudad de Badajoz.

MAS ROBOS

Aún así hay que tener en cuenta que las cifras policiales únicamente incluyen las ciudades de Badajoz y Cáceres, por lo que se excluyen estadísticas de Mérida, Plasencia, Don Benito y Villanueva de la Serena, entre otros sitios.

Por otra parte, fuentes policiales han explicado a EL PERIODICO EXTREMADURA que, al igual que ocurre en otras comunidades, en Extremadura también se ha detectado la existencia de un floreciente mercado negro de móviles, especialmente en Badajoz. Tanto es así que muchos de los antiguos carteristas que operaban en centros turísticos y mercadillos de la región han reconducido su actividad hacia este nuevo sector, considerado dentro del mundo criminal como "uno de los más fáciles y rentables". Para hacerse con los teléfonos los ladrones utilizan diversas técnicas, especialmente los tirones --mientras el dueño habla por teléfono por la calle-- y el descuido --cuando se deja sobre una mesa o la barra de un bar--.

Por ello, la policía recomienda, entre otras cosas, no utilizar el complemento de manos libres cuando se camine por la calle, no dejarlo nunca sobre una mesa o intentar que el aparato no sobresalga en ningún momento del bolso. Aunque en Extremadura no es habitual, en otras ciudades, sobre todo en Madrid y las grandes capitales españolas, hay bandas organizadas que aprovechan incluso cuando un coche para en un semáforo para realizar un rápido asalto a los vehículos.

PEQUEÑOS RATEROS

A todo esto hay que sumar lo fácilmente que pueden introducirse los aparatos en el mercado negro regional y lo fácil que es liberarlo para que pueda ser utilizado con cualquier compañía. Para evitar la vigilancia policial las mafias extremeñas suelen optar por los mercadillos de los pequeños municipios, donde no es complicado encontrar teléfonos móviles por seis euros o, al menos, a un precio un 70% inferior al que tiene en el mercado.

Además de los pequeños rateros de los mercadillos hay auténticas mafias que se han centrado en este negocio una vez que se ha generalizado el uso de este tipo de teléfonos. Estas redes organizadas son capaces de robar los terminales en las propias tiendas para disponer de los aparatos más modernos. Desde allí pasan a ser manipulados por los informáticos de las bandas para borrar cualquier tipo de posible localización y a partir de ahí siguen los mismos caminos de los coches de lujo: directos a Africa y después a los países del Este de Europa.Los últimos estudios realizados señalan que en España hay alrededor de 30 millones de teléfonos móviles y el año pasado 175.312 de ellos fueron robados, tal y como señala el Ministerio del Interior en una respuesta parlamentaria remitida al Congreso de los Diputados. Interior pretende que en breve manipular estos terminales sea considerado un delito.