También a las rupturas matrimoniales afecta la crisis, aunque en este caso el efecto es al contrario: el número de causas que por divorcios y separaciones llegan a los juzgados no solo no crece, sino que tiene un claro descenso. De hecho, y según se recoge en el informe sobre los efectos de la crisis en la carga de trabajo de los órganos judiciales del CGPJ, de las 1.712 causas de rupturas matrimoniales que en los tres primeros trimestres del 2007 vieron los juzgados extremeños, se pasó a 1.528 en el mismo periodo del 2008.

Este descenso, debido a la crisis, es algo lógico en opinión de expertos en la materia, como letrados especializados en causas matrimoniales, "ya que la crisis hace que aquellos matrimonios que no tienen un gravísimo problema de convivencia no rompan la relación al no tener las mismas facilidades para subsistir que en años de más bonanza económica". Siguen siendo, eso sí, más los divorcios que las separaciones --1.373 frente a 155 el año pasado--, algo que comenzó a producirse tras la reforma de la Ley del Divorcio, en julio del 2005.