Si la campaña de vacunación contra el covid-19 siguiera avanzando al ritmo actual habría que esperar alrededor de dos años y medio para tener inmunizada al 70% de la población mayor de 16 años. Por el contrario, si se quisiera alcanzar esta meta para finales de verano se deberían administrar más de 220.000 dosis al día. Siete millones al mes a partir de ya. Lejos de acercarse a estas cifras, la campaña de vacunación en España avanza lenta. A tropezones. Con un calendario incierto y muchas piedras en el camino. Varios expertos interpelados por este diario dibujan un balance negativo de estas primeras tres semanas mientras apuntan una nota de optimismo para el futuro próximo.

Empecemos por el principio. España entregó el primer pinchazo contra el covid-19 el día 27 de diciembre de 2020, en medio de las fiestas navideñas. Las previsiones del Ministerio de Sanidad hablaban entonces de un 70% de la población inmunizada para finales de verano (esa misma fecha lanzó el consejero extremeño de Sanidad, José María Vergeles); con más de 28 millones de personas vacunadas y 56 millones de dosis repartidas en un periodo de nueve meses. El entusiasmo inicial de estas predicciones chocó rápidamente con una realidad mucho más compleja. Problemas logísticos, imprevistos en el camino y retrasos en la entrega de los lotes han rebajado las expectativas, dejando solo un millón de vacunados en las tres primeras semanas de campaña.

«Hay que vacunar más. Mañana, tarde y noche si hace falta. La situación epidemiológica actual es tan grave que la campaña no debería alargarse más de seis meses», esgrime Fernando Moraga Llop, vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología. «Hay que poner el acelerador. Mejorar la organización y logística. Y exigir más coordinación con la farmacéutica. Si la vacuna no llega a un número importante de personas, todo el esfuerzo realizado no servirá de nada», reflexiona este experto.

A cuentagotas

Fabricadas entre EEUU y Bélgica y transportadas por el mundo en contenedores de hielo seco, las dosis contra el covid-19 aterrizan a cuentagotas en España. La crónica de las primeras semanas de reparto habla de una llamativa, aunque esperada, escasez; pero también de problemas de logística y organización que entorpecen el lento camino hacia la inmunización.

«Era de esperar que en estos primeros días hubiera contratiempos; sobre todo si tenemos en cuenta que las vacunas requieren una logística muy complicada y que nunca antes se había llevado a cabo una campaña de este estilo», valora Silvia de Sanjosé, experta del grupo multidisciplinario encargado del seguimiento científico del covid-19 en Cataluña. «Las dosis que se han recibido hasta el momento son muy pocas; muy lejanas a cualquier expectativa. El abastecimiento está planificado, pero están surgiendo retrasos debidos al fabricante y a la logística», añade Jesús Castilla, especialista en vacunas de la Sociedad Española de Epidemiología.

Suficientes enfermeras

«Si no se ha vacunado más es por problemas de organización y logística, no por falta de enfermeras. Hay personal suficiente para llevar a cabo toda la campaña», argumenta Diego Ayuso Murillo, secretario general del Consejo General de Enfermería de España. El Hospital Universitario de Getafe, ejemplifica el experto, ya ha vacunado a más de 3.000 sanitarios en cinco días con solo seis enfermeras. «Si llegaran más vacunas las enfermeras estarían dispuestas a vacunar las 24 horas si hiciera falta, pero para eso primero hay que mejorar la organización», añade Murillo.

La campaña en España arrancó lenta durante las navidades. Aceleró su pulso durante una semana y volvió a frenar tras el anuncio sobre la reducción temporal en el suministro de vacunas de Pfizer (que se dio a conocer sin previo aviso y bajo la promesa de que pronto se aceleraría su producción). Este imprevisto ha obligado a las autonomías a reorganizar su calendario de un día para otro y con menos de la mitad de las dosis previstas para garantizar que los primeros vacunados reciban la segunda dosis 21 días después del primer pinchazo.

Cada comunidad autónoma ha intentado sortear este imprevisto de una manera diferente. Galicia, Canarias, Cantabria y la Comunidad Valenciana, por ejemplo, han suministrado prácticamente la totalidad de las dosis entregadas, mientras Extremadura, País Vasco y Cataluña han optado por crear reservas estratégicas.

La situación extremeña

En concreto, la región extremeña empezó con un ritmo de vacunación más lento que la media nacional, quedando entre los últimos puestos. El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, justificó ese escenario por un criterio de «prudencia». Por una parte, porque aseguró que es una vacuna realizada «en un periodo excepcionalmente corto» y había que esperar a ver las consecuencias (posteriormente el dirigente extremeño tuvo que pedir disculpas por estas palabras); por otro lado, porque no querían quedarse sin material suficiente para poder administrar la segunda dosis.

Pero lo cierto es que tal y como confirmaban esta semana desde la propia Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, hay sanitarios en primera fila en los hospitales de Coria y Plasencia que van a tener que esperar -aunque sean ahora mismo grupos prioritarios- porque con el recorte en el envío de unidades, estas se van a racionalizar para poder cubrir a las residencias de mayores.

Hasta el pasado jueves, Extremadura había administrado 32.039 vacunas, el 79,6% de las recibidas, mientras que la media nacional se sitúa en el 82 %, según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad.

En total, a la región han llegado 40.275 dosis de Pfizer y 1.000 de Moderna. Asimismo, 638 personas residentes en la comunidad ya han recibido la segunda dosis. De momento es solo un mínimo porcentaje (0,05%).

¿La estrategia más adecuada?

«No es fácil decir qué estrategia es la más adecuada, porque ambas tienen su razón de ser», valora el portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH).

El calendario de vacunación, pues, se siembra de caos e incertidumbre. También por la falta de información clave sobre las entregas que vendrán.

Pero si no se acelera el pulso, muy difícilmente se llegará al verano con un 70% de la población vacunada. En estos momentos, el porcentaje con una dosis asciende a poco más del 2%, mientras que el número de personas que han recibido la pauta completa está en torno al 0,03%. Las primeras inmunizaciones han sido repartidas entre residentes y trabajadores de centros sociosanitarios. Ahora ha llegado el turno de los sanitarios de primera línea. En breves, tocará a las personas con alto grado de dependencia. El Ministerio de Sanidad estima que a finales de marzo se pasará a vacunar a los mayores de 80 años.

La buena noticia es que en breve la campaña de vacunación podría dar un vuelco. Primero, por el aumento de la capacidad de producción de Pfizer y BioNTech, que doblará las previsiones con un total de 2.000 millones de dosis fabricadas a lo largo del 2021. Y segundo, porque pronto se aprobarán más vacunas contra el covid-19.