Tras la sorpresa y conmoción iniciales provocadas por el súbito fallecimiento de Emilio Botín a los 79 años de un infarto, el consejo de administración de la entidad se reunió ayer de urgencia y nombró "por unanimidad" a la primogénita del banquero, Ana Patricia Botín (54 años), presidenta de la entidad.

Con esta designación, Botín, una de las 50 personas más influyentes del mundo según la lista que elabora la agencia Bloomberg, se convierte en una de las pocas mujeres en llevar las riendas de uno de los mayores bancos del mundo.

El máximo órgano de gobierno de la entidad ratificó con esta decisión la propuesta de la comisión de nombramientos y retribuciones del banco, que se reunió con carácter previo poco después de conocerse la muerte del presidente, con el vicepresidente primero al frente, tal como prevén los estatutos del banco.

Al entender del consejo, la nueva presidenta, "es la persona más idónea dadas sus cualidades personales y profesionales, su experiencia, su trayectoria en el grupo y su unánime reconocimiento nacional e internacional". También era la preferida por su padre para sucederle. De hecho, el año pasado el patriarca nombró a Javier Marín consejero delegado en sustitución de Alfredo Sáenz. El número dos de la entidad es considerado un hombre de la máxima confianza no solo de la familia Botín y del patriarca del clan.

En sus primeras declaraciones tras el nombramiento, Ana Patricia Botín agradeció la confianza del consejo de administración en unos momentos "tan difíciles" para la familia. Aseguró que seguirá ±trabajando con total determinación para seguir construyendo un Banco Santander cada vez mejor para los clientes, empleados y accionistas". Ana Patricia Botín lleva trabajando en el banco desde 1988.

En el cargo que mantuvo hasta ser designada presidenta, como consejera delegada de Santander UK, ha logrado situar esta filial como la segunda en peso de todo el grupo, solo superada por Brasil. Además ha colocado a la entidad como líder en distintos segmentos de la banca minorista en el Reino Unido.

DEL REY A LA OPOSICION La noticia del fallecimiento de Botín provocó una gran sorpresa y conmoción en el mundo económico, político y social. Desde el Rey Felipe VI hasta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el jefe de la oposición, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; o las organizaciones patronales y sindicales y los máximos ejecutivos de las principales entidades financieras y empresas destacaron la figura del banquero desaparecido. También la Universidad lamentó la pérdida "del hombre de negocios más comprometido con la educación", así como sectores como la cultura o el deporte.

El gobierno de Cantabria decidió decretar día de luto oficial por el fallecimiento del presidente del Banco Santander, por lo que las banderas de la comunidad ondearán a media asta.

Los restos mortales del banquero se traladarán a la localidad cántabra de Puente San Miguel, donde serán enterrados este jueves en la finca familiar de los Botín. Según fuentes próximas a la entidad, el banquero descansará en el panteón familiar, donde reposan los restos de su padre, Emilio Botín-Sanz de Sautuola López, el que le dio el relevo al frente del Santander.

El funeral se celebrará este sábado, 13 de septiembre, a partir de las 16.30 horas en la Catedral de Santander. La entidad financiera agradeció las "innumerables" muestras de cariño y apoyo recibidas tras el fallecimiento de Emilio Botín. A su vez anunció que informará "en los próximos días" de la fecha del funeral que se celebrará en Madrid.

Emilio Botín Sanz de Sautuola y García de los Ríos (Santander, 1934) relevó en 1986 en la presidencia del banco a su padre, del mismo nombre. Bajo su mandato, la entidad se ha transformado en un grupo global.

Desde el comienzo destacó por su olfato y sagacidad para el negocio bancario. Heredero de la banca anglosajona, en la que las participaciones industriales son un mero apunte contable con plusvalías potenciales que se realizan en el momento oportuno, Botín ha provocado numerosos terremotos en el sistema financiero español. A finales de los 80, en una época en la que los siete grandes bancos vivían plácidamente, el entonces nuevo presidente del Santander, Botín removió los cimientos del sistema al lanzar cuentas corrientes remumeradas, las que se denominaron súpercuentas. Era una oferta que solo un banco con menos cargas que los establecidos podía plantear. También absorbió el Banco Central Hispano (BCH) y aprovechó la crisis de Banesto para incluirlo en su órbita. A su vez acometió una intensa interanacionalización.

Casado con Paloma O'Shea, Emilio Botín tenía seis hijos, además de Ana Patricia y Javier, que están en el banco; Emilio, Paloma, Carmen y Carolina.