El segundo premio del Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad, dotado con un millón de euros en cada serie, fue a parar al número 37.368, que fue vendido íntegramente en la Puerta del Sol de Madrid, en la administración conocida como el Doblón de Oro. El número fue cantado a las 10:51 horas por Vanesa Sánchez y Claudia Díaz. Dos de los propietarios de esa administración, Isabel y Paco González, se enteraron que habían repartido el premio desde el mismo salón de loterías, donde Isabel estaba presenciando el sorteo, aunque no se había dado cuenta de que ella había vendido el premio hasta que los funcionarios de Hacienda pronunciaron el número de su administración, el 59.

Ni ella ni sus hermanos se han quedado con algún décimo premiado, pero confesó a los periodistas que su mayor ilusión sería que hubiera resultado agraciado algún conocido del barrio con este segundo premio, de 1 millón de euros.

Inmigrantes, funcionarios de la Comunidad de Madrid, y media España que aprovechó el puente de la Constitución para comprar décimos en la Puerta del Sol, son los agraciados de los 180 millones de euros de este segundo premio.

Su propietario, Paco González relató a Efe que la mayor parte de este número fue vendido, décimo a décimo, en ventanilla y por Internet, y calculó que pueden ser muchos los inmigrantes beneficiados, porque compran lotería al pasar todos los días por el kilómetro cero de España para ir al trabajo.

LA PRIMERA VEZ Esta administración, que compite con otras seis más situadas en en el entorno de la Puerta del Sol, no había dado nunca un premio tan grande desde que su abuela la regentaba, y aunque Paco no llevaba ningún décimo del segundo no podía disimular su alegría. Su hermana Isabel contó que los últimos décimos se vendieron el día antes.

Mas de una treintena de cámaras de televisión, nacionales y extranjeras, se disputaban el metro cuadrado para captar la mejor imagen del momento.

En el interior de la administración que ayer dio tantas alegrías también se congregaron muchas personas, entre ellas Félix Ajenjo, propietario de un kiosco de periódicos contiguo que da la espalda al reloj de la Puerta del Sol, que se lamentaba de su mala suerte. También se acercaron muchas personas, sobre todo mayores, que querían comprar décimos de la Lotería del Niño para volver a probar suerte.