El sistema educativo español dará a luz este año un nuevo modelo con la implantación de las primera medidas efectivas de la Ley Orgánica de Educación (LOE), la séptima normativa que se aprueba en este ámbito en los últimos 27 años.

Aunque algunos puntos se aplican desde este curso, será en el próximo cuando empiecen a utilizarse los nuevos currículos en varios niveles, además del renovado sistema de promoción, evaluación y titulación de la ESO. O sea, que será a partir de septiembre cuando se empiecen a notar sus efectos .

La nueva ley educativa, que deroga la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (Loce) aprobada por el Gobierno del PP, establece en primer lugar que el 65% del horario escolar debe dedicarse a la enseñanza de los contenidos mínimos marcados por el ministerio a través de sus decretos. De esta forma, la comunidad autónoma puede diseñar el 35% restante del sistema.

Cambios en asignaturas

En las asignaturas también se prevén cambios importantes. Por ejemplo, Religión no será evaluable aunque se impartirá en todos los centros para aquellos alumnos que quieran. Como nuevas materias nacen Historia de las Religiones y Educación para la Ciudadanía.

También aparecerá en Bachillerato --aunque eso será más adelante-- la materia Ciencias para el Mundo Contemporáneo, una asignatura común para los alumnos que en ese nivel opten por Artes y Humanidades o por Ciencias Sociales y cuyo objetivo es compensar la tradicional falta de conocimientos científicos de los estudiantes que optan por estas ramas.

Uno de los aspectos más polémicos en toda ley educativa que se precie es el de la promoción de los alumnos. O dicho de otro modo, cuándo deben repetir curso. En este caso la LOE establece que los estudiantes podrán repetir una vez en Primaria y dos en ESO siempre que sea en cursos distintos. Pasarán de curso con dos asignaturas suspendidas e incluso con tres cates si así lo decide el equipo docente de su centro.

Más novedoso es lo referido a las llamadas evaluaciones generales de diagnóstico , unas pruebas de nivel que se realizarán en cuarto de Primaria --con 10 años-- y en segundo de ESO --con 14 años-- para medir el rendimiento de los alumnos en materias básicas como la lectura, la escritura o el cálculo. Los resultados de estas pruebas no se considerarán como calificaciones y no constarán en el historial del alumno.

Acceso a la universidad

También volverá a cambiar, una vez más, la prueba de acceso a la universidad. Y es que si la ley anterior había recuperado la figura de la reválida --bajo el nombre de Prueba General de Bachillerato -- ahora se vuelve a lo que había antes, es decir, a una única prueba homologada que será elaborada conjuntamente por universidades y centros de Secundaria. Esto no se aplicará hasta el curso 2009-2010.

Entre el resto de las medidas previstas en la LOE destacan los planes de refuerzo desde los primeros niveles educativos --algo que se viene haciendo tradicionalmente en algunas comunidades autónomas-- y los programas de diversificación curricular , unos planes que desde tercero de ESO ayudarán a los alumnos con más problemas en materias básicas como Lengua o Matemáticas.