La falta de precipitaciones --no llueve desde octubre-- ha instalado la inquietud en el sector agrario, que califica unánimente de "grave" la situación. La sequía ha perjudicado sobre todo a los cereales, al impedir su nacimiento normal, y la ganadería, al obligar a los productores a incrementar el gasto en pienso por la falta de pasto. Parte del sector cifra las pérdidas en 90 millones de euros y la Consejería de Agricultura quita hierro al asunto.