No hay problemas, de momento, de suministro, pero hay que tomar medidas para garantizar el abastecimiento a los hogares. Esa es la principal conclusión que arrojan los datos actualizados del estado de los embalses en Extremadura ante la pertinaz sequía que, por otro lado, ha causado daños en el campo extremeño en más de 120 millones de euros y en torno a 1.500 en toda España, según las organizaciones agrarias. Lo cierto es que las presas están cada vez más vacías y, solo en la provincia de Badajoz, la mitad de las gestionadas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) están en situación de emergencia, alerta o prealerta. La noticia más llamativa de los últimos días es que el embalse de Villar del Rey, del que se abastece la ciudad de Badajoz y otras localidades de la zona, está en prealerta por sequía, al almacenar un 67% de agua, cuando hace justo un año estaba al 100% de su capacidad. Además, el de Jerte-Plasencia, que suministra agua para el consumo humano a la capital del Jerte, se encuentra al 56%; mientras que el del Guadiloba, del que se nutre la ciudad de Cáceres, apenas supera la mitad de su capacidad (hace un año estaba al 90%); de ahí que las autoridades locales cacereñas pidan a los ciudadanos un consumo responsable de agua. Algo mejor es la situación del pantano de Alange, del que se abastece Mérida (está al 77,5%), aunque ha perdido un 13% en un año.

Los datos correspondientes a este mes que facilita la CHG señalan que están en situación de emergencia los embalses de Cornalvo y Zafra; en alerta por sequía se encuentran los de Llerena y Jaime Ozores; y en prealerta están los de Piedra Aguda, Villar del Rey, Tentudía y Brovales. En los casos de Llerena y Zafra ambas presas están conectadas a la mancomunidad de Los Molinos, que está en situación de normalidad; mientras que el pantano de Jaime Ozores está conectado parcialmente a Nogales, que no tiene problemas.

MEDIDAS Además, la CHG explica que en el caso de Cornalvo, en emergencia por sequía, es una situación es coyuntural, ya que en la actualidad se está llevando a cabo la actuación correspondiente a la mejora del abastecimiento en el entorno de la presa de Alange, abastecimiento a Mérida y su comarca, que permitirá independizar la mancomunidad de Cornalvo (Mirandilla, Aljucén, San Pedro de Mérida, Trujillanos y Carrascalejo) del embalse de Cornalvo, mediante su conexión al anillo hídrico para el abastecimiento a Mérida, permitiendo de esta manera resolver la situación de emergencia. Actualmente y mientras se llevan a cabo las obras, se dispone de una obra de emergencia realizada en su día, consistente en elevar agua mediante bombeo desde la cola del Canal de Orellana. Obra, que tras las intervenciones necesarias, puede ponerse de nuevo en servicio para resolver el problema planteado.

También está en estado de emergencia el embalse de Zafra. Sin embargo, la propia CHG argumenta que al formar parte de un sistema junto a la presa de Los Molinos y Llerena, permite obviar esta situación, ya que la interconexión con los embalses anteriores la corrigen con solvencia actualmente al encontrarse dicho sistema en normalidad.

Con todo este panorama, la cuenca extremeña está al 65% de su capacidad, con apenas 9.000 hectómetros cúbicos de agua embalsada, 3.000 menos que hace un año; es decir, que es como si prácticamente se hubiera vaciado toda la presa de La Serena, la tercera más grande de Europa.

EL CONSUMO EN CACERES Por otro lado, cabe recordar que el pasado viernes, la Mesa Técnica del Agua de Cáceres anunció que entre las medidas preventivas que se van a aplicar para reducir el consumo, se incluye un plan de racionalización y ajuste del riego al mínimo con el que se pretende un mayor control del que ya existe sobre los parques y jardines municipales. El objetivo del consistorio cacereño es regar en función de la temperatura, la humedad, la orientación del parque, las horas de insolación y necesidades específicas, por lo que dependiendo de estos factores se empleará más o menos agua. Además, se prevé reactivar la captación de aguas subterráneas, controlar los niveles de agua en el Almonte o mejorar la red de distribución de agua para mitigar las pérdidas.