--¿Qué balance se puede hacer de estos tres año y medio de competencias sanitarias?

--Cuando uno diariamente está en el sitio donde yo estoy y es consciente de los problemas que hay, una visión triunfalista no encaja, pero una lectura positiva sí. Creo que hoy Extremadura tiene un servicio sanitario mejor que el que tenía hace tres años y medio. Basta mirar objetivamente qué recursos había en el 2002 y cuáles tenemos ahora, cuantos recursos humanos --1.700 profesionales más en plantilla--, una tecnología muy superior, más recursos hospitalarios, más centros de salud, desarrollamos más actividad que entonces y si le preguntamos a los ciudadanos están de acuerdo. El Barómetro Sanitario es un elemento objetivo que pone de manifiesto que un 60% de la ciudadanía piensa que las cosas han mejorado y eso es un dato objetivo. Sería injusto que no se hiciese un balance positivo. La Junta ha hecho un esfuerzo muy importante en la inversión, en la apertura de centros, en mejorar en la equidad. Hemos ido cumpliendo unos objetivos que nos habíamos marcado de inicio, intentando dar respuesta a esos objetivos. Extremadura era una comunidad con buenos profesionales pero en servicios sanitarios no éramos referencia en nada y ahora se está muy pendiente de lo que hacemos en este ámbito y se nos valora en toda España. Estamos en mitad de la legislatura y los objetivos de estos cuatro años están prácticamente completados.

--¿Le da la impresión de que la ciudadanía exige más desde que las competencias son autonómicas?

--No. Ahora se sabe a quién se le exige. Eso ocurre con todo y por eso creo que el Estado de las autonomías es bueno. No hay en 22 años ninguna competencia que hayamos asumido y no hayamos contribuido a mejorar, pero por razones obvias. Porque estamos más cerca y porque conocemos mejor el campo en el que se trabaja.