Las niñas de 14 años serán vacunadas a partir del próximo curso escolar contra el Virus del Papiloma Humano, causante del desarrollo de la mayor parte de cánceres uterinos, aunque no de todos. Se trata de una medida preventiva adoptada por la Consejería de Sanidad y Dependencia de Extremadura para reducir el número de mujeres que sufre este tipo de cánceres, que en la mayoría de los casos que son detectados prematuramente no causan la muerte de la paciente. De hecho, en Extremadura sólo ha habido cuatro mujeres que han fallecido a causa de esta patología en la última década, según los datos facilitados ayer por la consejera de Sanidad y Dependencia, María Jesús Mejuto.

En una comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, Mejuto comunicó la decisión del Ejecutivo extremeño de adquirir 15.000 dosis de esta vacuna, para lo que destinará un presupuesto de 1.560.000 euros. Ello permitirá vacunar a todas las niñas extremeñas de 14 años --unas 5.000--, pues la vacuna se administra en tres dosis. La primera se realizará al comienzo del curso, la segunda dos meses después, y la tercera a los seis meses de la primera. La inoculación se hará efectiva en los centros educativos, ya que ha sido incluida, por primera vez, en el calendario de vacunaciones de la comunidad. Además, el SES distribuirá carteles y trípticos en los centros de salud y los hospitales de la región, con el fin de divulgar esta medida entre todos los ciudadanos.

Sanidad ha elegido la edad de 14 años para administrar la vacuna para lograr su máxima eficacia, ya que con el fin de proteger al mayor número posible de infecciones y patologías asociadas al virus de la inmunización, la inoculación debe producirse antes del inicio de la actividad, lo que hace que la población prioritaria sean niñas en edad prepuberal y adolescentes jóvenes.

No obstante, la consejera subrayó que esta medida es adicional, y que no evita el riesgo de infección por el citado virus y, por tanto, de cáncer de cuello de útero, e insistió en que "nunca debe reemplazar ni anular la realización de citología como prevención secundaria". De hecho, resaltó que las vacunas en ningún caso deben sustituir los programas de cribado basados en la realización periódica de citología, que permiten detectar precozmente lesiones precancerosas reduciendo la aparición de casos de cánceres invasores en el cérvix.