El director del Centro Meteorológico de Extremadura asegura que episodios como el calor extremo de agosto o la riada de Badajoz son síntomas de un cambio climático que ya se está produciendo. Con todo, señala que no habrá un apocalipsis, y que la Tierra se adaptará a esta nueva situación "si la dejamos en paz". Marroquín no es partidario de la histeria colectiva que a veces parece surgir en torno a la figura de este cambio climático, aunque reconoce que existe y que hay que tomar cuanto antes algunas medidas al respecto.

El ahorro energético y la recuperación del entorno natural son posibles recetas para facilitar el futuro de una Tierra que "se automedica".

¿Lo que hemos pasado este verano es culpa del cambio climático?

--Las altísimas temperaturas de agosto y la duración de este fenómeno no tienen precedentes, y constituyen un episodio anómalo. Sin embargo, una situación puntual en un lugar determinado no es el cambio climático, que es algo mucho más global.

¿Pero este cambio existe o es una invención?

--Existe, no hay duda. En el último siglo, la temperatura de la tierra ha subido 0,6º. A lo que me refería antes es que, por ejemplo, la subida en Badajoz ha sido en ese periodo de 0,9º, pero decir que aquí el cambio se nota un 50% más es una barbaridad, porque esto está compensado con subidas menores en otros puntos, y el fenómeno hay que mirarlo globalmente.

Entonces, ¿ese calor es atribuible al cambio o se debe a otro tipo de causas?

--No. En todo caso, indicaría que se ha perturbado la circulación atmosférica general, y esto ha tenido sus efectos en la meteorología.

No lo comprendo. ¿No es lo mismo al fin y al cabo? ¿No es ese episodio en sí mismo una prueba del cambio?

--No. Una cosa es la meteorología y otra el clima, aunque a veces hay quien las confunde. La primera es la situación atmosférica en un momento determinado, mientras que la segunda mide circunstancias medias en una región, no sólo con variables meteorológicas, sino con otros factores más complejos. Por tanto, las anomalías de las que hablamos son meteorológicas, no climatológicas, y suceden en una secuencia de días o un momento puntual. Pero si metemos esta anomalía en el paquete de una serie histórica, se difumina el efecto de tal manera que ni toca la media.

Entonces, ¿en qué se nota el cambio climático?

--Es algo mucho más general, que afecta a toda la estructura. Al final, la circulación está perturbada, y hace que la meteorología pueda sufrir perturbaciones, que podrían ser síntomas de que cabalgamos hacia el cambio.

¿Y qué nos espera?

--Más o menos lo que ya se está produciendo. Según los expertos, el cambio climático se plasma en una elevación de gradual de temperaturas, que ya tenemos; en una polarización de las precipitaciones, con periodos de lluvias intensas y otros de sequía, y en precipitaciones convectivas muy fuertes, como las que provocaron la riada de Badajoz. Esto se dará cada vez con más frecuencia. En periodos más largos, de años no de meses, se produce el efecto péndulo, que es lo que pasó con la sequía de la primera mitad de los noventa, que fue seguida de unos años de intensas lluvias.