Marina Macaya, una prejubilada de Badajoz, tiene un perro cruzado desde hace dos años y medio. Por decisión personal y para cumplir con el espíritu de la ley que ahora se va a desarrollar, explica que su perro tiene tarjeta de identidad y el chip colocado desde que lo adquirió. "Que la Asamblea apruebe ahora el reglamento de la ley me parece bien, creo que es bueno porque hay muchos animales en la calle y no se sabe qué hacer con ellos, porque no se sabe si tienen dueño, ni nada", asegura. "Todos los perros deben tener su tarjeta de identidad y el chip, porque pueden ser atropellados o perderse y si están identificados se puede hacer algo", concluye.