Enfadados con José Luis Rodríguez Zapatero pero templados ante el desafío de convocar una huelga general en protesta por las medidas anunciadas la víspera. Así salieron ayer los líderes sindicales Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo tras hora y media de reunión con el presidente del Gobierno. En el encuentro no conocieron ningún detalle nuevo del plan de ajuste, sino que agrandaron la brecha entre el Ejecutivo y las centrales sindicales. Prueba de ello es que las federaciones de servicios públicos de ambas centrales han fijado el día 2 de junio para convocar una huelga en las administraciones públicas.

Los secretarios generales de CCOO y UGT reiteraron a la cara del jefe del Ejecutivo su "disconformidad absoluta" con un plan de ajuste que, además de incumplir acuerdos en vigor, trata de "hacer concesiones" a los mercados, por cuya "presión" se ha dejado llevar el Gobierno, pero que no frena la amenaza de los especuladores financieros. Esta situación descrita por los líderes sindicales, supone una "pérdida de calidad de la democracia".

ESCUCHA Y RESPETA Zapatero escuchó "con atención" los argumentos de las centrales y expresó su "respeto" por las decisiones que adopten en el futuro, según una nota oficial de la Moncloa. Sin embargo, el diálogo de sordos se produjo cuando Méndez y Toxo reclamaron al presidente medidas de carácter fiscal. Entre otras, hablaron de recuperar algunos impuestos desaparecidos como el de patrimonio o implantar un tipo de IVA mayor para los artículos de lujo. "Fueron dos argumentaciones paralelas que no se cruzaban", describió gráficamente Méndez.

Con todo, la respuesta sindical está por venir. No descartaron ninguna posibilidad, incluida la huelga general, con los pros y contras que ya conocen: su capacidad de convocatoria de los trabajadores en época de crisis.

Méndez reunirá hoy a la comisión ejecutiva de UGT y Toxo, a los secretarios de las federaciones de CCOO. Oirán los argumentos del resto de dirigentes, que les trasladarán el ambiente de los centros de trabajo. Después adoptarán una decisión coordinada.

La pauta de por dónde podrá ir el debate en el seno de UGT la marcó ayer la poderosa federación del Metal, Construcción y Afines, dirigida por el influyente Manuel Fernández Lito. En una reunión a la que asistió Méndez antes de visitar la Moncloa se acordó trasladar al resto de la organización "la necesidad de mantener la calma", mientras se concretan las medidas.

La federación metalúrgica asumió el papel de modelo para las demás federaciones de industria y las instó a "contribuir a la reflexión, a analizar las informaciones según se vayan desarrollando" para luego "discutir la respuesta proporcionada" que debe dar todo el sindicato.

AMISTADES Y DESENCUENTROS La amistad entre el líder de UGT y el presidente del Gobierno no ha facilitado el entendimiento y hace más duro el choque. Sin embargo, Méndez no dejó margen al sentimentalismo cuando se le preguntó si personalmente se sentía traicionado. "Los elementos de carácter subjetivo no cuentan", contestó. Y Toxo remató: "Estamos aquí para defender los intereses de la gente a la que representamos".

Convocar una huelga que paralice el país es una decisión a tomar "sin precipitación" ya que los sindicatos son "conscientes de la gravedad de la situación" económica en España. De ahí que Toxo dijera que no convocarán una huelga general "para cubrir el expediente, deteriorar a otros" (en referencia al Gobierno) "o por hacerle el juego a alguien" (en referencia elíptica a la derecha política y mediática).

El ensayo de las movilizaciones comenzará en el sector público el día 20, con concentraciones ante todas las delegaciones del Gobierno, y el día 2 de junio se intentará lograr un paro total de las administraciones públicas.

Los sindicatos esperan que el Gobierno convoque a la Mesa de la Función Pública, órgano capacitado para la negociación, en los próximos días con el fin de aclarar los aspectos del ajuste que aún están apenas dibujados. Otros aspectos como el periodo de carencia que da derecho al cobro de una pensión de jubilación, se tratarán con Trabajo. Por cierto, Méndez y Toxo confesaron que conocieron por la prensa que el plan de ajuste de Rodríguez Zapatero incluía este detalle.

ALEGRIA PATRONAL A última hora de ayer, el presidente de la CEOE visitó la Moncloa. El tono de sus afirmaciones tras la entrevista con el presidente fue contrario al expresado horas antes por las centrales. Como hicieron la víspera la mayoría de organizaciones empresariales, Gerardo Díaz Ferrán se felicitó por las medidas adoptadas, aunque lamentó que hubieran llegado tarde. El patrono insistió en que la situación del país no es la más adecuada para vivir huelgas y confío en la buena marcha del diálogo social.