La siniestralidad en las carreteras extremeñas fue el año pasado la más baja registrada en la última década, con un volumen de muertes inferior a las 140 víctimas por primera vez en once años, según los últimos informes que maneja la Dirección General de Tráfico (DGT) y a los que ha tenido acceso este diario. Mientras, la propia DGT ha reducido en cuatro los puntos negros de las carreteras de Badajoz, pero ha añadido otros tantos en la red cacereña.

El último informe realizado por la Subdirección General de Investigación y Formación Vial de la DGT, que fue recientemente remitido al Congreso de los Diputados, revela que el año pasado se produjeron un total de 120 accidentes de consideración en las carreteras de la comunidad autónoma, que se saldaron con la muerte de 131 personas. Además, otras 88 resultaron heridas de gravedad y 124 de carácter leve.

Teniendo en cuenta los datos incluidos en los anuarios de la propia DGT, esta cifra supone que la siniestralidad en la región ha alcanzado su nivel más bajo desde hace más de once años.

COMPARATIVA ANUAL

En concreto, sólo en 1992 el volumen de víctimas mortales se había situado por debajo de las 140 y el año pasado se superó ampliamente --por abajo-- ese negativo registro.

Aunque aún no se trata de datos cerrados definitivamente, ya que hasta el verano la DGT no suele confirmar estos guarismos, las estadísticas desvelan que el 2002 fue el mejor año en cuanto a muertes sobre el asfalto. De hecho, sólo en los últimos doce meses el volumen de muertes se redujo un 12%.

Para poder valorar la importancia de que las carreteras sólo se cobrasen 131 vidas el año pasado hay que tener en cuenta que en la última década han muerto en accidente de tráfico cerca de 1.700 personas en Extremadura, con una media de 166 víctimas cada doce meses. Sin duda alguna 1999 tuvo el peor registro en este sentido con 191 muertos, prácticamente uno cada dos días.

Pese a esta mejora, que coincide precisamente con el primer año de la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Vial, las dos provincias extremeñas se sitúan en la zona media en cuanto a siniestralidad en las carreteras en una clasificación que lideran, con menos víctimas, Teruel, Zamora, Guadalajara y Alava. En el extremo contrario, con más de 200 muertes el año pasado, están Madrid y Barcelona.

Por otra parte, un informe elaborado por la Dirección de Programas de Investigación de Accidentes de la DGT explica que Extremadura finalizó el 2002 con el mismo número de puntos negros, trece, con los que inició el año. Sin embargo, el cambio de definición de estas zonas peligrosas de las carreteras ha variado su distribución. Entre el 2001 y el 2002 la DGT fijó cuatro nuevos puntos negros en la provincia de Cáceres, mientras que en el mismo periodo sacó de la lista otros tantos correspondientes a carreteras de la provincia de Badajoz.