Los dos Sistemas Institucionales de Protección (SIP) en los que toman parte las dos cajas de ahorros extremeñas han superado los tests de resistencia realizados a más de noventa entidades financieras europeas, según hizo público ayer el Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CESB). De esta forma, se considera que ambos grupos de entidades cumplen con los mínimos de solvencia necesarios para afrontar una situación de crisis extrema. Ni Caja Extremadura ni Caja Badajoz quisieron valorar ayer los resultados de las pruebas.

Los tests de estrés evalúan hasta qué punto las entidades financieras analizadas son capaces de hacer frente a un escenario adverso durante un periodo de tiempo determinado. Para ello se han considerado dos escenarios posibles para el periodo 2010-2011, uno en el que el contexto económico sería "difícil" y otro con unas circunstancias "extremas".

La prueba de resistencia consiste en comprobar qué pasaría con la ratio Tier 1 (capital, reservas y preferentes), que mide la capacidad de una entidad para absorber pérdidas, en un escenario económico muy adverso y "casi imposible", con menos del 0,5% de posibilidades de hacerse real, como subrayó ayer el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez. Así las cosas, en el caso de Caja Extremadura, la alianza que ha puesto en marcha con CajAstur, Caja Cantabria y la CAM --que todavía no ha confirmado su participación de forma definitiva-- superaría con relativa holgura el nivel mínimo de capital establecido en la peor de las coyunturas que se plantean. Si esta llegara a materializarse, su ratio Tier 1 se situaría en diciembre del 2011 en el 7,8%, frente al 6% en el que se ha establecido el límite (y que aún sobrepasa en un 50% el mínimo legal establecido). Este índice queda por debajo de la media del sistema financiero, que es del 8,3%, pero por encima del promedio de las cajas de ahorros (6,9%). Entre estas últimas solo le superan la BBK --si bien cuando se realizaron las pruebas aún no se le había adjudicado Cajasur--, con un 14,1%, Kutxa (10,6%) y Unicaja (9%).

En cuanto al SIP donde toma parte Caja Badajoz, junto a la CAI y Cajacírculo de Burgos, logra un aprobado bastante más raspado, con un 6,1%. Bien es cierto que de momento la agrupación de cajas en la que está presente la entidad pacense no ha acudido al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), algo que sí ha hecho la de Caja Extremadura, con 1.493 millones de euros comprometidos.

Si lo que se tiene en cuenta es el escenario menos desfavorable, el SIP de Caja Extremadura alcanzaría un Tier 1 del 10,5%, mientras que el de Caja Badajoz se quedaría en un 8,8%.

CONJUNTO DE ENTIDADES En cualquier caso, si el objetivo del Gobierno al presionar a la Unión Europea para publicar las pruebas de resistencia a la banca (stress test , en inglés) era demostrar al exterior la solidez del sistema español, es más que dudoso que los resultados vayan a facilitar que los mercados lo perciban como tal. Sobre 91 entidades analizadas (27 españolas), siete no han superado la prueba. Y cinco son cajas (cuatro de ellas agrupaciones).

Las peor paradas han sido dos catalanas: la fusión de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa y la de Sabadell, Terrasa y Manlleu (Unnim). Apenas un poco mejor han quedado la unión de las castellano leonesas cajas Duero y España, la intervenida Cajasur, adjudicada a la BBK, y Banca Cívica, la fusión fría de Navarra, Burgos y Canarias. Solo la entidad alemana nacionalizada Hypo Real Estate y el banco griego regional Atebank están en su misma situación.

MAS CAPITAL Si la economía cayese el 1,4% este año y el 1,2% el próximo, la fortaleza del conjunto del sistema caería del 9,5% del cierre del año pasado al mencionado 8,3%, muy por encima del 4% de mínimo legal y del 6% que han fijado como obligatorio los ministros de Economía europeos. Sin embargo, el de la nueva Caixa Catalunya sería del 3,9%; el de Unnim, del 4,5%; el de Banca Cívica, del 4,7%; y el de Duero y España, del 5,6%. El de Cajasur ha quedado en el 4,3%, pero es poco relevante ya que la BBK es una de las cajas más fuertes (14,1%). Sus números conjuntos serán positivos. Traducido en dinero, el suspenso en el examen de las cuatro entidades y la necesidad de llegar al 6% les va a obligar a captar 1.835 millones.

La parte del león es para Cataluña, que deberá hacerse con 1.032 millones, adicionales a los 1.250 millones que va a recibir del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Unnim percibirá 380 millones y necesita 270 millones más. Las de Castilla y León contaban con 525 millones y ahora precisan de otros 127 millones. Y Banca Cívica, que no pidió ayudas, se ve ahora en la necesidad de captar 406 millones.

En total, 1.835 millones (que hubieran sido 2.042 con Cajasur). Una cantidad "de risa en comparación con los 260.000 millones inyectados en la banca europea hace dos años cuando se detectaron activos tóxicos", argumentó Fernández Ordóñez. El gobernador se esforzó en subrayar que lo importante es que todas las entidades son solventes, incluso estas cuatro. La prueba, destacó, se basa en un caso extremo y a España se le han impuesto unas hipótesis mucho más duras que a otros países. Defendió también su decisión de publicar los datos de todas las entidades, cuando en otros países solo han informado sobre la mitad del sistema. Si España hubiera dado datos del 75% del sector, reveló, no hubiera aparecido ningún suspenso. Pero "había dudas, y cuando hay dudas hay que ser transparente", remachó.