El Sistema Institucional de Protección (SIP), conocido en el mundo financiero como ´fusión fría o virtual´, es una fórmula impulsada por Bruselas que permite la integración de las cajas de ahorro (en las cajas rurales funciona ya un sistema parecido) sin perder su personalidad jurídica. El modelo establece una serie de garantías recíprocas para todas las entidades controlando el riesgo del crédito, las garantías individuales, la gestión financiera o la tesorería de varias entidades. Sin embargo, permite a las cajas de ahorro seguir manteniendo su marca comercial e identidad corporativa y sus órganos de gobierno. De la misma forma, también se puede seguir desarrollando de forma independiente el negocio minorista y la gestión de la obra social.