La diferencia es elocuente: solo 16 mujeres han permanecido durante tres o más legislaturas en la Asamblea de Extremadura, frente a los 80 hombres que han ostentado el mismo cargo ese tiempo. De hecho, cuatro periodos de sesiones íntegros es el récord que, por ahora, solo dos diputadas extremeñas han logrado alcanzar, mientras que otras dos llegan con esta a su cuarta legislatura en el hemiciclo regional. Por el contrario, el mismo dato para el sexo masculino supera las dos decenas. Así las cosas y más allá del debate sobre la conveniencia de prolongar los mandatos públicos, estas cifras parecen indicar que gran parte de las mujeres están de paso por la política, frente a la mayor continuidad de la que disfrutan sus colegas varones.

Tanto es así que los diputados que superan o superarán los doce años en la Cámara extremeña suponen la quinta parte de los 390 que en total han pasado por esta institución. En cambio, en el caso de las 103 mujeres que han hecho lo propio, el porcentaje se reduce al 16,5%. De todo ello se deduce que las féminas no solo se han incorporado más tarde a la política --en los debates que el Parlamento regional acogió entre 1983 y 1987 solo participaron tres diputadas como máximo, frente a las 27 que lo hacen ahora--, sino que además se quedan menos tiempo.

Esta desigualdad se agudiza a nivel nacional, de acuerdo con los datos sobre la presencia de las mujeres en el Congreso desde el inicio de la democracia recabados por la doctora en Filosofía Alicia Miyares. Según los mismos, únicamente el 2,6% de las diputadas superan las tres legislaturas frente al 22% de sus compañeros en el hemiciclo. Para Miyares, las que repiten son aquellasaquellas mujeres que forman parte de las estructuras orgánicas de los partidos o cuyas trayectorias han estado muy vinculadas a los mismos. "Las que no disfrutan de esta posición tienen más problemas para estabilizar legislaturas, ya que los partidos las relevan con mayor frecuencia", añade.

Esta percepción la comparte Teresa Rejas --una de las dos diputadas que, de momento, ostentan el récord de cuatro legislaturas en la Cámara extremeña--, quien sitúa en los despachos las causas de que muchas diputadas jueguen un cierto papel de suplentes . "En política, todavía predominan los hombres y ellos siguen desconfiando de entregar el poder a las mujeres", argumenta. En este mismo sentido, recalca que "una mujer debe estar continuamente ganándose el puesto", en alusión a las mayores exigencias a las que las diputadas se enfrentan.

Pero no todas las que ostentan ese cargo tienen esa sensación, como demuestra María Cristina Herrera --que con esta batirá la marca de las cuatro legislaturas-- cuando afirma que en la política nunca se ha sentido discriminada por razón de sexo. Sin embargo, las cifras todavía revelan algunas desigualdades. Así, por ejemplo, seis de cada diez diputados extremeños son hombres, aunque la situación mejora bastante comparada con las dos primeras legislaturas, cuando solo tres mujeres ocupaban alguno de los 65 puestos de la Asamblea.

Por ahora, no obstante, por la Asamblea de Extremadura han pasado 493 diputados --aunque cada legislatura se elige a 65, esta cifra contabiliza los suplentes que sustituyeron a sus compañeros de partido cuando estos, por cualquier motivo (dimisión, enfermedad...), tuvieron que abandonar el cargo--. De ese total, poco más de la cuarta parte (103) son mujeres y de ellas, a su vez, el 37,9% ha repetido al menos una vez en el cargo, mientras que este índice se eleva al 45,6% en el caso de los hombres.

En ambos casos, el porcentaje de diputados que cubren este puesto durante más de una legislatura ha ido aumentando de forma progresiva hasta la pasada (2003-2007). Ahora, el número de repetidores ha disminuido, tanto en el caso de los hombres como de las mujeres. Por tanto, cabe deducir que vivimos una legislatura especialmente protagonizada por la renovación, por lo que habrá que esperar para saber cómo evoluciona la presencia de las mujeres en la Asamblea en el futuro.