Los movimientos que se están registrando en el precio de los productos básicos en los últimos meses no están afectando por igual a toda la cadena comercial. Al menos eso es lo que se puede interpretar según lo que explican desde una de las principales distribuidoras de alimentación que opera en Extremadura. "Es algo habitual, ocurre todo los años y todos los años la gente se escandaliza", aseguran desde Unicash, una red mayorista con presencia en los principales núcleos urbanos del norte de la región, como Plasencia y Navalmoral. "Pero la verdad es que nosotros no nos fijamos mucho en eso. Los precios ya nos vienen marcados de nuestra central y, por tanto, tampoco notas muchas diferencias", agregan.

En su caso esta situación está condicionada, en parte, por la orientación de su distribución. Son mayoristas de alimentación, pero no comercializan productos frescos, como la carne o la fruta, ni pan. Por eso, advierten que si en algo han notado la tendencia inflacionista, es "un poco en la leche ".

De momento, aseguran que no han notado ninguna variación en la demanda, que no creen que esta subida de precios esté afectando a sus ventas. Al menos, todavía no se ha reflejado en sus cuentas. Y tampoco observan quejas entre los clientes. "Solo comentarios, pero no llegan a ser ni reproches" .

Eso sí, quieren quitarse el sanbenito de grandes beneficiados de los márgenes de beneficio entre los precios de origen y los de destino. "Nosotros ajustamos el precio a lo que nos cuesta comprarlo, porque tampoco podemos abusar de nuestros clientes. Eso puede suponer perderlos", advierten. Por eso, está convencido de que simplemente son "la cabeza de turco que algunos buscan para explicar la situación, pero no es culpa nuestra. Somos un eslavón más de la cadena, pero no somos los que más partido sacamos de ella".

A la hora de valorar la subida de precios de los últimos meses prefieren no pronunciarse. "Son cosas del sistema", aseguran y se ven como una víctima más de esa tendencia. Tanto, que advierten que esta situación también les perjudica, ya que la extensión de las grandes superficies está provocando la desaparición del comercio tradicional, que era la base de su negocio. "En Navalmoral, por ejemplo, no queda pequeño comercio de alimentación. Las grandes cadenas han acabado con él y nosotros nos tenemos que mover y centrarnos en la hostelería para poder seguir operando".