Los agricultores que tienen parcelas de regadío en la cuenca del Guadiana se están quejando desde 1999 de la subida de las tarifas del agua aplicadas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), que han llegado a aumentar hasta un 80%, en opinión de las organizaciones agrarias. Sin embargo, desde la CHG se ha defendido que los usuarios se han olvidado de ahorrar agua.

Estas denuncias comenzaron hace tres años y se refieren sobre todo a la conocida como modalidad de riego por elevación --muy usual en las Vegas Bajas, Zújar y Valdecañas--, que resulta más cara para el agricultor porque a los costes del agua hay que añadir los derivados del impulso eléctrico que necesita para llegar a su destino como consecuencia de la orografía del terreno. Por este sistema, un agricultor llega a pagar más de 360 euros por hectárea.

Pese a ello, ya desde entonces, la CHG apuntaba la tendencia a no ahorrar agua, se defendía la tarifa y se anunciaba que este modo de actuar no parece tener vuelta atrás.