Ala Bruja de Oro de Sort le falló ayer su prodigioso olfato. "No entiendo cómo ha podido ser tan despistada", se lamentaba su propietario, Xavier Gabriel, tras ver cómo la fortuna pasaba de la famosa administración del Pallars después de tres navidades consecutivas repartiendo premios.

Gabriel había vendido para el sorteo de ayer diversas series de los números 7.103, 1.103, 8.100 y 8.110, pero no del 8.103, el gordo. Sus clientes, que este año habían dejado más de 24 millones de euros (3.993 millones de pesetas) en la compra de décimos, se tuvieron que conformar con pedreas.

DE LA DECEPCION AL ENOJO

"De todos modos, no podemos decir que hayan ido mal las cosas --explicó Gabriel--, porque sólo en aproximaciones y reintegros repartiremos mucho dinero". La decepción se convirtió en enfado cuando cayó en la cuenta de que el año pasado su administración sí distribuyó parte del 8.103, pero para este sorteo, "por culpa de los despistes de la bruja", no lo solicitó. "Habrá que castigarla sin cenar, a ver si para el Niño mejora su perspicacia", se consoló.

El sorteo se hizo eterno en La Bruja de Oro. Las cámaras de televisión apenas gastaron batería. La única alegría llegó cuando, pocos después de las 10.30, Gabriel aseguró que había vendido a la pastelería Tarzán de Montcada i Reixac toda una aproximación, el número 8.110, unos 360.000 euros (60 millones de pesetas). La pastelería, sin embargo, más tarde lo negó.

La primera administración de lotería española en número de ventas también vendió el número 00003, que corresponde a las terminaciones del gordo y del tercer premio (el 31.203), lo que representan otros 420.000 euros.

"Este número se vendió, en su mayoría, en ventanilla, aunque también regalé unas participaciones a algunos periodistas de Madrid, donde ofrecí una rueda de prensa hace unas semanas", comentó el lotero.

La fama de La Bruja de Oro se fraguó entre 1995 y 1997, cuando repartió los primeros premios de la Lotería del Niño. En 1999, vendió un cuarto premio en la de Navidad y un año después repitió, en ese mismo sorteo, con otro cuarto y un quinto premio. El año pasado hizo historia con el reparto del tercer premio y de otro quinto, lo que supusieron más de 4.100 millones de las pesetas de entonces. Gabriel no pierde la esperanza: "Como este sorteo no ha sido demasiado benigno con nosotros, seguro que la gente se jugará los restos con el Niño".