Quitad los crucifijos que todavía queden en las aulas de la escuela y de las universidades y de los centros culturales. Sugiero que se pongan, en su lugar, las fotos de tantos millones de niños como de niñas que sufren la explotación de la incultura, la marginación, el comercio sexual con sus cuerpos, los crueles latigazos del trabajo forzado para obtener materiales para nuestra alta tecnología.

Que se quiten los crucifijos de las aulas y pongan las fotos de la infancia que vive en la indigencia por las tiranías que gastan sus recursos en armamento para hacerlos sus soldados; niños y niñas crucificados por el hambre y las enfermedades más fáciles de curar; niños y niñas que no existen ni son considerados como seres humanos por el mero hecho de no estar registrados en ningún documento con su nombre-

Quitad los crucifijos de los hospitales públicos. Sugiero que se pongan en las cabeceras de las camas las fotos de los de los crucificados por el SIDA, la droga, los sin techo, los asesinados por la mafia, los disminuidos por torturas psicológicas y físicas, los torturados que han perdido los miembros de su cuerpo por defender la paz y la justicia de los más indefensos de la tierra-

Quitad los crucifijos de las salas de plenos de todos los ayuntamientos y parlamentos de España. Sugiero que en las paredes y bóvedas dedicadas a los Derechos Humanos y a la Alianza de Civilizaciones, se pinten los rostros de los grandes pensadores de la humanidad, los grandes ideólogos políticos que se han desvivido por defender las causas más nobles del genero humano buscando el desarrollo de los pueblos, defendiendo el pacifismo, la integración racial, la defensa de todas las libertades, la pluralidad religiosa, la economía al alcance de todas las clases sociales, el trabajo digno, el acceso a la vivienda digna. Sugiero que se pongan los retratos de personas que promueven los grandes ideales en los jóvenes, la igualdad en los derechos y oportunidades sin mirar ningún color mental, que promueven la transformación de las estructuras de poder en estructuras de servicio sin más interés que el bien común-

Quitad todos los crucifijos de todos los centros públicos, si con ello se defiende más y mejor la no confesionalidad del estado, es decir: que el estado español no tiene ninguna religión como oficialmente propia, para así favorecer más y mejor la regularización de todas las iniciativas religiosas libres y mayoritarias de sus ciudadanos, dándoles el mismo prestigio que a otras libertades.

Me parece correcto y me pongo a favor de esta medida de quitar crucifijos, pues creo que ya debería estar suficientemente asentada con la madurez democrática, lo mismo que para otros asuntos de otras raigambres ya hemos alcanzado.

Pienso también que, detrás de esta tormenta, tan constitucional y democrática, se esconden otras intenciones borrascosas; pero aún así estoy de acuerdo en que el crucifijo no debe ser un adorno de ciertos lugares si a sí se salva la pulcritud mental de algunos ciudadanos que tienen derecho a manifestar sus molestias ideológicas al respecto.

Quitemos los crucifijos pacíficamente y sin ruidos de esos espacios públicos de consenso e higiene democrática pero, por favor, que con ello, al quitarlos de nuestra vista, no escondamos la vergüenza cívica y social, echando a la basura y quitándonos de en medio a los "otros crucificados" de nuestra tierra.

Yo conozco a muchas personas cristianas, católicas y hasta no creyentes, que motivados por lo que representa el crucifijo, se desviven por promover la dignidad humana en los continentes más empobrecidos de la tierra. Me uno también, y aliento a las personas que promueven y dan la vida por estos ideales, aunque quiten los crucifijos por decreto ley, de los sitios donde les provoca molestia.

*Párroco de Nuestra Señora de Guadalupe (Cáceres)