Más de cien casquillos de bala de distintos calibres, con más de una decena de implicados y de armas. Son algunos de los escasos detalles que han trascendido --se ha decretado el secreto de sumario-- sobre el tiroteo en San Lázaro, pero suficientes para reflejar la gravedad de lo ocurrido. La rápida llegada de los efectivos de la Comisaría de Policía, a escasos metros del lugar, permitió la captura de los ocho detenidos --se informó inicialmente de nueve-- relacionados con la refriega.

Para el Sindicato Unificado de Policía (SUP), tiroteos como el de Mérida podrían evitarse si se controlara más el tráfico ilícito de armas para surtir a grupos fundamentalmente dedicados al tráfico de drogas.