La inseminación artificial consiste en la colocación del semen en el interior del útero de la mujer. Se lleva a cabo en la propia consulta y no es preciso aplicar ningún tipo de anestesia ni resulta molesta. Se suele realizar durante dos días seguidos tras haber inducido la ovulación.

Por su parte, la fecundación ´in vitro´ (FIV) se recomienda para parejas mayores de 38 años y consiste en obtener varios óvulos de ovarios para fecundarlos con espermatozoides en el laboratorio. Los embriones formados se colocan en el útero para su implantación y el desarrollo del embarazo. Esta técnica es más cara que la inseminación artificial.

El director de la clínica Norba, José de Julián, asegura que la imposibilidad de que una pareja pueda tener hijos se debe en un 40% de las ocasiones a factores masculinos, en otro 40% a factores femeninos y el resto a factores mixtos.