Se imagina 16 años y medio sentado delante del televisor de su casa? Según las estadísticas, es el tiempo que los extremeños dedican a este medio a lo largo de su vida. Casi cinco horas al día delante de la pequeña pantalla en la era de Netflix y You Tube. En ninguna otra región de España el consumo de televisión es tan elevado y las claves para explicar este fenómeno hay que buscarlas en una población envejecida, asentada en el mundo rural y con bajo poder adquisitivo. Factores que, según los expertos, dificultan el acceso a otras alternativas de ocio. No en vano, el perfil de espectador mayoritario es el de una mujer de más de 45 años y la cadena más vista Telecinco, con un 15% de cuota de pantalla.

Los datos están recogidos en el informe anual de la consultora Barlovento Comunicación a partir de las mediciones de Kantar Media. Según este estudio, el consumo promedio diario de televisión en Extremadura se situó durante el año 2018 en 4 horas y 37 minutos, una cifra que supera ampliamente las 3 horas y 54 minutos que arroja la media nacional. Teniendo en cuenta solo a las personas que encienden la televisión a diario, que en Extremadura son el 72% de la población, el consumo aumenta hasta las 5 horas y 51 minutos, también por encima de la media nacional (5 horas y 15 minutos). Además, a estos datos se suma que en 2018 fueron 718.000 usuarios los que contactaron diariamente con el medio, 3.000 más que en 2017.

Quienes más tiempo dedican a ver la televisión son las mujeres, con un promedio diario de 5 horas y 18 minutos, y los mayores de 45 años, que pasan 6 horas y cuatro minutos cada día delante de la pequeña pantalla. Y respecto a las cadenas más vistas, Telecinco es la líder en todos los estratos: su cuota de pantalla alcanza el 12,5% entre los hombres; el 15,2% entre las mujeres; el 10,9% entre los menores de 45 años y el 17,2% entre los mayores de esa edad. A la cadena de Mediaset le siguen La 1 (aumula una audiencia del 13%), Antena 3 (12%) y Canal Extremadura, que con una cuota de pantalla del 6% se sitúa entre los autonómicos más vistos del país. Ya por detrás se quedan La Sexta, Cuatro y los canales temáticos de pago, con un 5% de share en cada caso.

ENTRETENIMIENTO / Queda claro, por tanto, que más que una fuente de información, la televisión es sinónimo de entretenimiento para los extremeños. Pero, ¿qué tiene la pequeña pantalla que gusta tanto? Según los expertos, la respuesta hay que buscarla en un cúmulo de factores que influyen y confluyen para generar esta situación y mantenerla en el tiempo a pesar de la irrupción de las plataformas digitales.

En primer lugar, de tipo económico: Extremadura es la región con menor renta de España y la televisión es un producto de entretenimiento muy barato, con un coste apenas palpable en relación a otras formas de ocio. «Ver la televisión es gratis, mientras que internet, que se puede decir que será su sustituto, necesita una inversión extra», explica Artemio Baigorri, profesor de Sociología en la Universidad de Extremadura (Uex). Según Baigorri, aquí entra además en juego la brecha digital, pues también en cuestiones como el número de hogares conectados a internet o de equipos por hogar «seguimos por detrás de la media».

Otro elemento a tener en cuenta, y que está relacionado con este a su vez, es la desigual infraestructura telemática que tenemos: hay pueblos con muy mal acceso a las redes, lo que hace que su conexión a internet sea de mala calidad y de nuevo, la televisión se convierte en la opción de ocio disponible para estas personas.

En la misma línea se expresa Domingo Barbolla, profesor de Antropología Social en la Uex. «Está demostrado: a mayor renta, menor consumo de televisión porque las opciones de ocio fuera de casa se abren», afirma.

Pero al margen de cuestiones económicas, los expertos también apuntan a otras circunstancias de carácter sociodemográfico que explican este elevado consumo de televisión. Así, Baigorri cita «el atraso general» que todavía sufre Extremadura y que se refleja en una brecha cultural que hace que la televisión tenga más predicamento que otras formas de ocio como la lectura. «En consumo de televisión somos líderes, pero en consumo de libros estamos por debajo de la media», recuerda. Por su parte, Barbolla apunta al peso de determinados grupos de población con mucho peso en el mundo rural, como pueden ser las amas de casa o personas mayores.

Al respecto, el antropólogo señala que para estos dos tipos de público los mensajes que lanzan cadenas como Telecinco son muy eficaces porque «juegan al elemento emotivo y las personas de clase sencilla empatizan con sus personajes». «Los sujetos se enamoran, se separan, se pelean... y este público los acoge sensiblemente como reales», apunta Barbolla, que atribuye a este fenómeno el éxito de personajes como Belén Esteban. No obstante, el profesor recuerda que esto también lleva asociado unos riesgos como pasividad o aletargamiento del pensamiento crítico, ya que todo se reduce a espectáculo, algo que afecta especialmente a las personas con escasos recursos económicos y poca formación académica. Frente a este escenario, el antropólogo destaca la actitud de las nuevas generaciones, pues los jóvenes cada vez «pasan más» de la televisión y apuestan por ver películas y series a través de internet y las nuevas plataformas de contenidos digitales.

NUEVAS GENERACIONES / Un cambio de tendencia que también corrobora el periodista y director general de la Corporación Extremeña de Medios Audiovisuales (Cexma), Urbano García, que constata que a día de hoy en la televisión se busca principalmente entretenimiento, «y el hilo que lo sepera de la telebasura es muy fino». A su juicio, el elevado consumo de televisión en Extremadura está también relacionado con el envejecimiento de la población y en este sentido, resalta que seamos la única región con una media de más de cuatro horas de consumo diario, cifra que se eleva hasta las seis horas en la franja de mayores de 65 años.

No obstante, García también destaca el cambio de paradigma que viene asociado a las nuevas generaciones, que no apuestan tanto por la televisión tradicional y que hacen que el concepto de este medio tal y como lo conocemos hoy «esté agonizando».«El 80% de la población ya conoce el 80% de las noticias cuando empieza el informativo», recuerda el periodista, que como ejemplo de este cambio apunta que en la región ya se contabilizan más de 80.000 smart TV. «Y eso es mucho», defiende. Según García, estas nuevas tendencias empujan al sector a buscar fórmulas alternativas a los contenidos digitales, un esfuerzo que se evidencia en la emisión de series y programas a través de internet, y cuyos usuarios todavía no se contabilizan como audiencia.