Todo está servido en la zona fronteriza turco-iraquí para que la más pequeña chispa haga estallar otra guerra dentro de la guerra. La incursión, ayer y anteayer, de 1.500 soldados turcos en el norte de Irak ha sembrado la alarma entre los kurdos, temerosos de que Turquía planee invadir la región autónoma del Kurdistán, y ha irritado a Estados Unidos, que ve en esa acción del Gobierno de Ankara un engorro para sus planes bélicos.

Una avanzadilla militar turca se adentró unos pocos kilómetros en territorio iraquí el viernes y ayer mismo habría regresado a suelo turco, según dio a entender el ministro de Exteriores turco, Abdullah Gul, quien dio por concluida ayer la operación Vigilancia del Norte , aunque nada asegura que las incursiones no vayan a repetirse en adelante.

PREPARAR PASILLOS

El millar y medio de soldados turcos que penetraron el viernes en Irak tenían como misión preparar diversos pasillos de entrada para el caso de que Ankara diera la orden de avanzar a los 70.000 militares que tiene concentrados en la frontera. La incursión no provocó ningún choque armado con los kurdos.

El mando militar kurdo, instalado en Dihok, a 60 kilómetros de la frontera, advirtió ayer de que los peshmerga (combatientes kurdos) se enfrentarán a las tropas turcas si Ankara intenta ocupar la región. Fuentes turcas explicaron ayer que el objetivo de su incursión militar no era invadir el Kurdistán iraquí ni acosar a los peshmerga , sino preparar un cordón sanitario a una veintena de kilómetros al sur de la línea fronteriza para frenar un eventual éxodo de kurdos hacia Turquía similar al que se produjo en la guerra del Golfo de 1991. Entonces, fueron dos millones de refugiados los que entraron en Turquía e Irán huyendo de Sadam Husein.

Pero, disimulado a duras penas tras esta prevención, el interés principal de Turquía no es otro que impedir que la alianza kurdo-estadounidense en el conflicto de Irak pudiera dar paso a un estado kurdo independiente o, simplemente, a la consolidación y aumento de la autonomía kurda en el norte de Irak.

Ambas opciones podrían ser tomadas como ejemplo por los 12 millones de kurdos de Turquía, cuya identidad nacional es negada y reprimida por el régimen de Ankara. Y, además, arruinarían cualquier expectativa de Turquía de desplegar su influencia en el Kurdistán iraquí, de donde sale el 70% del petróleo de Irak.