Esta legislatura promete dar juego e Izquierda Unida está dispuesta a llamar la atención en el Parlamento desde el primer instante. Cuando Víctor Casco, uno de sus diputados se acercó al atril (con un pequeño tropezón a pocos metros), y antes de prometer su cargo dijo: "Sin renunciar a la tercera república, prometo (...)", provocó miradas entre algunos miembros de la Cámara, mientras alguien de la tribuna de asistentes espetó: "Ahí, con dos cojones". Apenas diez minutos después, el coordinador regional de esta coalición, Pedro Escobar, tuvo que contar hasta diez para no decir lo que pensaba en ese momento y no montar "el numerazo", según confesó después. Y es que, como se temía, comprobó que el ejemplar de la Constitución sobre el que juran o prometen sus cargos los diputados tenía en su primera página "el yugo y las flechas" del escudo preconstitucional, por lo que optó por cerrar la tapa, porque así se quedaba "más tranquilo".

Tal vez por eso, y por la polémica suscitada tras la abstención de IU que da el gobierno de la Junta al PP y por el enquistamiento manifiesto con las filas socialistas, su reflexión final tras resoplar fue: "Hoy no tengo mucho que celebrar".

Más contentos estaban en el bando popular, con 18 nuevas caras entre sus 32 miembros, el doble de noveles que en el lado socialista, en el que Francisco Macías ocupa un lugar desde 1983, el más veterano.

Y es que ayer era un día de caras, largas en unos casos y anchas en otros. Entre las primeras, las del presidente en funciones de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que veía desde su sillón como los flases esta vez apuntaban mucho más hacía el que ocupará su puesto en apenas dos semanas, el popular José Antonio Monago. Ambos entraron juntos en el hemiciclo, pero salieron por separado, tras saludar el líder socialista a los tres diputados de IU, protagonistas absolutos.

También tuvo su momento de gloria Fernando Manzano (la foto lo demuestra), por ser el primer miembro del PP que preside la Asamblea extremeña.

Pero ninguno de ellos son significativos para al menos un centenar de personas, las que se manifestaban a las puertas de la Cámara mientras esto sucedía dentro.