Uno de cada tres contribuyentes extremeños declara rentas anuales inferiores a los 6.000 euros, según las estadísticas sobre el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) dadas a conocer por la Agencia Tributaria, y que corresponden al ejercicio del 2003.

En total, son algo más de 127.000 los trabajadores de la región que se sitúan por debajo de esa renta, mientras que otros 117.000 están en el tramo de ganancias de entre 6.000 y 12.000 euros. En el extremo contrario, menos del 1% de los contribuyentes cuentan con rentas superiores a los 60.000 euros.

Esta situación dista bastante de la media nacional, donde los contribuyentes con rentas inferiores a 6.000 euros al año representan menos del 22%, y los que ganan más de 60.000 euros superan el 2%.

Más patente es aún la distancia con las regiones ricas, como Cataluña. En esta comunidad, el 82% de los trabajadores ganan más de 6.000 euros, y de ellos tres de cada cien están por encima de los 60.000 euros anuales.

562 MILLONES PARA HACIENDA En total, los más de 386.000 extremeños con actividades sujetas al IRPF sumaron ganancias que suponen una base imponible global (rendimientos del trabajo menos gastos fiscalmente deducibles como pagos a la Seguridad Social, entre otros) de 3.733,5 millones de euros, esto es, algo más de 10.700 euros por contribuyente. En el total nacional la base imponible supera los 235.000 millones de euros, lo que da una media por contribuyente de 15.000 euros de renta anual. Mientras, en Cataluña esta renta está por encima de los 17.200 euros por persona.

De estas rentas, la Hacienda pública se queda con una parte, que constituye la denominada cuota resultante de la autoliquidación . Para Extremadura esta cuota suma 562 millones de euros, frente a los 9.500 millones de Cataluña, es decir, 19 veces más.

Por contribuyente, la cuenta apunta a que cada extremeño liquidó por IRPF 2.437 euros, frente a los 4.131 euros de media en Cataluña y los 3.618 euros de promedio español.

CARGA FISCAL MUY SIMILAR Estos números han sido los esgrimidos en ciertas ocasiones para justificar un nuevo reparto de lo obtenido por el IRPF a nivel nacional argumentando que hay regiones que pagan más que otras. Sin embargo, en el análisis de los tramos de renta y el porcentaje que se paga a Hacienda por los rendimientos del trabajo queda en evidencia lo desviado de este argumento.

En una primera aproximación, y continuando con el ejemplo de Cataluña, en esa comunidad la cuota que se queda el Estado supone el 18,56% de la base imponible total. Mientras, en Extremadura Hacienda recauda el 15,05% de lo que se declara como renta. Esta diferencia de tres puntos y medio en contra de los contribuyentes catalanes sólo se explica por el mayor nivel de renta de dicha región, y no por un mayor esfuerzo fiscal.

Así, sólo en los tramos de renta inferiores a 12.000 euros anuales se aprecia cierta desviación favorable a los contribuyentes extremeños, que pagan como media un 1% menos a Hacienda que los catalanes con rentas similares. Sin embargo, a partir de ahí los porcentajes que los contribuyentes tienen que dejar en las arcas públicas se igualan.

Incluso existen dos niveles, el de los que ganan entre 21.000 y 30.000 euros anuales y los que ingresan más de 150.000 euros por año, donde los extremeños pagan porcentajes superiores de impuestos que los catalanes.