Comprar un automóvil se lleva en torno a un 30% del gasto de los hogares, proporción que no ha variado desde el inicio de la crisis económica (datos entre 2006 y 2009), según se desprende de un informe del servicio de estudios del BBVA (BBVA Reseach). El estudio señala que el porcentaje del presupuesto familiar destinado a la compra de automóviles se eleva hasta entre el 35% y el 37% cuando las familias compran coches nuevos, y se reduce al 18% si se opta por vehículos usados. Precisamente, en el caso extremeño, la crisis ha elevado sensiblemente la cifra de hogares compradores de vehículos de ocasión, que han pasado del 5,3% del total en el 2006 al 7% en el 2009, el mayor crecimiento entre todas las comunidades autónomas. En ese último año, la proporción de hogares compradores de un vehículo nuevo en la región fue del 4,8%.

El estudio refleja que las matriculaciones de automóviles nuevos en España se han desplomado un 40% entre 2006 y 2010, mientras que las ventas de coches usados solo han bajado un 10% en ese mismo período. Esta evolución desigual se explica por factores como "el efecto sustitución". Así, la disminución de la renta disponible de los hogares, el incremento de la incertidumbre y el endurecimiento de las condiciones de financiación podrían haber propiciado una mayor demanda de los vehículos de ocasión, que tienen un menor precio. Otra explicación tiene su origen en los cambios en el perfil y preferencias del comprador. En este sentido, el informe destaca la correlación con la inversión residencial: quienes compran vivienda suelen optar por coches nuevos, mientras que aquellos que la alquilan acostumbran a comprar coches usados.