Hace una semana, un camarero emeritense declaraba no tener ni idea de que había convocada una huelga general para el 29 de septiembre. Ayer, no resultó difícil que pudiera haberse paseado por la capital extremeña y siguiera sin enterarse del paro. Al igual que en el resto del país, la movilización tuvo especial incidencia en las grandes industrias (con escasa presencia en Extremadura), pero apenas obtuvo seguimiento en el comercio y el sector servicios --a excepción de la recogida de residuos-- y no causó problemas graves en el transporte.

No obstante, los sindicatos convocantes, CCOO y UGT, cifraron el respaldo en el 70% de la población asalariada, lo que la patronal redujo al 10%. Tanto la Delegación del Gobierno como la Junta destacaron la ausencia de incidentes reseñables en Extremadura y cabe destacar que, según datos de la Administración regional, solo el 4,8% de sus empleados públicos secundaron la protesta.

Desigual seguimientoen distintos sectores

Grupo Gallardo, Díter o Catelsa son algunas de las grandes empresas en las que no se trabajó ayer por la huelga general que, en cambio, tuvo un escaso apoyo en la Central Nuclear de Almaraz. El parón de estas industrias, junto con el de la recogida de basuras y el transporte (con la paralización del aeropuerto y el ferrocarril, si bien los autobuses escolares --donde no se habían pactado mínimos-- funcionaron bien), fueron los tantos que con más orgullo se apuntaron ayer los convocantes. Sus líderes regionales, Julián Carretero (CCOO) y Francisco Capilla (UGT), situaron el seguimiento de la huelga en el 100% para estas áreas, cumpliendo los servicios mínimos, y aseguraron que el respaldo fue masivo en la construcción, donde resaltaron la suspensión de las obras de la autovía Plasencia-Portugal y del AVE.

Por el contrario, admitieron que la incidencia del paro fue menor en el sector servicios. Aun así, la situaron en torno al 45% para las grandes superficies y el pequeño y mediano comercio, así como las entidades bancarias, y el 30% en la administración pública (central, regional, local, sanidad, enseñanza y Correos). En cambio, según datos de la Junta sobre sus funcionarios, solo el 4,8% hicieron huelga --7,32% en administración general, 4,75% docentes y 2,53% sanitarios--.

Por su parte, la Confederación Regional de Empresarios de Extremadura (Creex) emitió varios comunicados en los que proclamaba el fracaso del paro, situando su seguimiento en torno al 10%. Según Juan Manuel Arribas, el seguimiento fue escaso en sectores como el comercio, la hostelería o el campo, si bien admitió que fue más elevado en la industria, lo que vinculó con que "las acciones de los piquetes han sido más activas". En todo caso, destacó la "buena salud democrática" de la sociedad extremeña que, según él, "mayoritariamente ha decidido acudir a sus puestos de trabajo", así como la ausencia de incidentes importantes.

Ausencia de incidentesreseñables en la región

Al igual que Arribas, tanto los líderes sindicales como la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, y el consejero de Administración Pública y Hacienda, Angel Franco, destacaron la normalidad con que se desarrolló el paro en la región y la ausencia de incidentes reseñables. La mayor parte de estos, tuvieron lugar de madrugada y se localizaron fundamentalmente en los polígonos industriales de las principales ciudades extremeñas. Según dijo, en varias instalaciones comerciales, industriales y bancarias se puso silicona en las cerraduras, mientras que ciertos piquetes intentaron impedir la entrada en algunas instalaciones.

En cuanto a los daños, Pereira dijo tener constancia la rotura de la luna de un camión de basura en Badajoz y la quema de un contenedor en el Polígono El Nevero, además de la colocación de una cadena para impedir el paso en el Puente Lusitania de Mérida, que fue rápidamente retirada por la Policía. También en Cáceres fue necesaria la intervención de los agentes para desactivar una protesta que impedía el acceso de los trabajadores a las obras de viviendas de protección oficial en El Junquillo.

Manifestacionesmodestas y variadas

Como colofón de la huelga en Extremadura, al mediodía estaban convocadas diez manifestaciones, una de las cuales, la de Villanueva de la Serena, fue suspendida por falta de gente. Las más concurridas tuvieron lugar en las capitales provinciales, con una amplia guerra de cifras en Cáceres (2.500 asistentes según los sindicatos y 800 según la Delegación del Gobierno), más discreta en Badajoz (1.500 según los convocantes y un millar según la Policía Local).

En la capital cacereña, los sindicalistas se mostraron satisfechos con la protesta, si bien reconocieron que había tenido un seguimiento desigual, mayor en los turnos de noche. A CCOO y UGT se sumaron (como en el resto de las localidades extremeñas), miembros de IU, el Partido Comunista y CGT, lanzando estos últimos consignas en contra de los sindicatos convocantes, informa G. Moral.

En Badajoz, la manifestación discurrió por una de las principales zonas comerciales (de la Plaza de España a la Delegación del Gobierno), por lo que muchos negocios cerraron sus puertas al paso de los manifestantes, al igual que en Mérida. No hubo que lamentar ningún incidente, más allá de algún encontronazo entre los sindicalistas y el público, informa B. C.

Finalmente, la concentración de Mérida contó la presencia de los líderes de UGT y CCOO y fue secundada por algo más de 300 personas. Entre ellas se encontraban algunos colectivos, como el Sindicato Unificado de Policía o un grupo de periodistas que acudieron de modo independiente para denunciar la precariedad laboral que afecta a este colectivo.

No fueron los únicos que quisieron desmarcarse de UGT y CCOO, ya que también hubo ciudadanos particulares o sindicatos minoritarios como CGT. Los mayoritarios, por su parte, no dudaron en destacar el éxito que, desde su punto de vista, tuvo el paro e insistir en su logro a pesar de la campaña de desprestigio que creen haber sufrido en los últimos meses.

Ahora afirman que seguirán trabajando para evitar los recortes sociales contra los que protestaron ayer. El Gobierno central mantiene tendida su mano al diálogo y el consejero extremeño de Administración Pública reiteró la postura de la Junta, convencida de la necesidad de contar con unos sindicatos legítimos con los que poder diseñar y consensuar políticas de futuro.