En Badajoz hay casos para todos los los gustos. Felicidad, nombre ficticio de una chica pacense 16 años que no suele comprar alcohol y que no lo toma, ni ella ni con su grupo de amigos y amigas, no tuvo problemas para encontrar una tienda del casco antiguo de la capital pacense para adquirir una botella de cerveza de un litro, en la que se lo dispensaron sin hacerle ninguna pregunta. Los dependientes no le solicitaron su carnet, como están obligados, y se limitaron a cobrar la bebida. La joven no lo logró, sin embargo, en una multitienda de la zona centro de la ciudad, a la que se dirigió con un grupo de amigos para comprar otra botella de cerveza. En esta ocasión los empleados sí le preguntaron la edad y le pidieron el DNI, que Felicidad no presentó, por lo que le manifestaron que no podían venderle la cerveza. F. LEON