"Llega tarde porque hubiera sido menos difícil atajarlo cuando eran grupos más pequeños, pero ahora son masas de jóvenes a los que hay que darles una alternativa. Yo lo he sufrido en mis carnes cuando empezó el botellón en Santo Domingo y siempre les dije a los chavales que su derecho a la diversión acababa cuando empezaba el mío al descanso, pero hay que darles una alternativa de ocio y de ubicación en el propio centro, donde hay sitios como la Isla donde no molestarían a los vecinos. De todos modos que nadie piense que la Ley de la Junta de Extremadura va a ser la panacea porque van a seguir comprando alcohol sin problemas".