El Parlamento británico se disponía anoche a aprobar la participación del Reino Unido en la guerra contra Irak. El primer ministro, el laborista Tony Blair, que contaba con el apoyo de los conservadores, tenía asegurada la votación.

La magnitud de la rebelión en las filas laboristas era la única incógnita política de una tensa jornada, en la que se produjeron dos nuevas dimisiones en el Gobierno: dos secretarios de Estado. Entre 130 y 160 diputados laboristas parecían decididos a rebelarse contra la decisión de Blair de autorizar la entrada en combate de las tropas británicas.

BUSQUEDA DE APOYOS

Durante todo el día, Blair recorrió los pasillos de Westminster, entrevistándose con diputados disidentes y reuniéndose en privado con el Grupo Parlamentario Laborista, para tratar de controlar a los amotinados.

Ante la Cámara de los Comunes, el primer ministro abrió el debate, que duró más de nueve horas, reconociendo que el momento era crucial. "Respeto a los que no piensan como yo. Es una decisión difícil y también muy dura: dejar a las tropas británicas al margen o mantenernos firmes en el rumbo marcado. Creo firmemente que debemos mantener ese rumbo", afirmó. "Del resultado de la crisis dependerá el diseño de la política internacional en la próxima generación".

El líder británico volvió a culpar a Francia de haber bloqueado una nueva resolución en la ONU. "Francia aseguró que votaría no en cualquier circunstancia. No son mis palabras, son las de Chirac. Me parece muy triste que en ese momento no nos haya apoyado, cuando ésta es la única opción para desarmar a Sadam", declaró. Blair concluyó su intervención con un dramático llamamiento a ejercer el liderazgo y demostrar que, "en el momento de las decisiones, tenemos el valor de hacer lo correcto".

VOTO CONSERVADOR

El líder de los conservadores, Iain Ducan Smith, pidió el voto para Blair, "pensando en el interés de la nación". La única voz discordante, además de los laboristas rebeldes, fue la de los liberal demócratas, que no quisieron apoyar la guerra, sin sentir por ello que traicionaban a las tropas.