Los cambios del modelo familiar comienzan a dejarse notar en los colegios extremeños. Así lo demuestra el espectacular aumento de la cifra de usuarios de los comedores escolares, que se ha multiplicado por nueve en solo cinco años. O la cada vez mayor proliferación de las aulas matinales o de madrugadores, donde se atiende a aquellos alumnos que llegan al colegio antes del inicio de las clases, normalmente por el horario de sus padres. Y algunos centros incluso están poniendo en marcha actividades de cara a las vacaciones, como la Escuela de Verano que actualmente prepara el Paideuterion de Cáceres.

Este panorama parece indicar que algunas de las claves de la conciliación de la vida familiar y laboral se encuentran en las aulas. Al menos, esa es la reivindicación de la mayoría de las Asociaciones de Padres y Madres de Extremadura, en cuyo nombre habla Rafael Delgado, como presidente de Freapa (la federación regional de estas organizaciones en los centros públicos). "Hace mucho tiempo que los padres somos conscientes de estas necesidades", asegura.

De hecho, ya en el 2004 esta organización solicitaba por primera vez la creación de aulas matinales en Extremadura. A través de este tipo de programas, los padres pueden dejar a sus hijos en el colegio a partir de las 7.45 horas, lo cual resulta muy útil para aquellos que entran a trabajar antes de las nueve de la mañana, cuando comienzan las clases. Pero, de momento, la Junta solo ofrece este servicio en seis centros educativos de atención preferente y no existe una regulación autonómica de este tema.

INICIATIVAS DE LAS AMPAS Ante ese vacío institucional, las AMPAS no han dudado en tomar las riendas del asunto para ofrecer este servicio en los centros donde es demandado. Para ello, eso sí, normalmente necesitan la cesión del uso de parte de las instalaciones del colegio (bien sea el comedor u otras habilitadas al efecto) y la autorización del Consejo Escolar. Actualmente, Freapa estima que un centenar de centros --sobre todo, los de las ciudades más grandes-- se encuentran en esta situación, aparte de los privados y concertados, que también ofrecen en muchos casos estos servicios.

En cambio, los comedores están en su mayoría gestionados por la Consejería de Educación, a través de la concesión de este servicio a una empresa del sector. Esta es la situación que se da, en el presente curso, en 112 colegios públicos, mientras que en otros 15 es el AMPA la que se ocupa de esa gestión (aunque en la mayoría de los casos también recurra a la contratación de algún catering). En total, actualmente 9.164 alumnos comen en los comedores escolares públicos de la región y más de la mitad, además, disfrutan de la gratuidad de este servicio (todos los que deben de trasladarse de localidad para asistir a las clases, al carecer en sus localidades de posibilidades educativas, y los que pertenecen a familias desfavorecidas social o económicamente).

De este modo, solo la cifra de comensales en los centros públicos (sin contar privados y concertados) se ha multiplicado por nueve en los últimos cinco años. Así, si en el curso 2002-2003 un millar de alumnos utilizaba los 106 comedores existentes en aquel momento, hoy esa cifra se ha multiplicado por nueve, pese a que la de comedores únicamente se han incrementado en un 19,8%.

PROPUESTAS DE LA JUNTA Además, cabe esperar que estas cifras aumentarán previsiblemente en un futuro próximo, en base a los planes que maneja el Ejecutivo extremeño. Y es que su máximo responsable, Guillermo Fernández Vara, se ha pronunciado en numerosas ocasiones a favor de promover medidas para conciliar la vida laboral y familiar de los extremeños. Y en ese sentido irían las 320 aulas matinales y 297 nuevos comedores escolares, cuya creación a lo largo de la presente esta legislatura anunció la consejera de Educación, Eva María Pérez, tras el Consejo de Gobierno del pasado mes de enero.

Pero por ahora queda mucho camino por recorrer. Sobre todo en el ámbito de las aulas de madrugadores o matinales, teniendo en cuenta que las únicas operativas por ahora son las que gestionan las AMPAS, aparte de los servicios de desayuno en los centros de atención preferente. Y tienen algunos defectos, como la falta de regulación o que funcionen desde octubre a mayo, según apunta el presidente de Freapa. "¿Qué hacemos entonces con los niños? Es la pregunta que muchos padres se repiten", asegura Delgado.

Para responder a esa pregunta, hay centros educativos que incluso van más allá. Es el caso del centro concertado Paideuterion, en Cáceres, cuya directiva ya trabaja en la programación de la Escuela de Verano , que pretenden inaugurar el próximo mes de julio. "Queremos ser un apoyo para los padres que trabajan ese mes y tienen dificultades para atender a sus hijos", explica Pablo Cidoncha, el director. Este centro, que también cuenta con comedor y aula matinal, abre así una vía que ya han explorado otros centros extremeños y que tal vez dentro de no mucho tiempo se convierta en una práctica habitual.