1.500 kilos de hachís, armas de fuego, 22 vehículos, dinero y joyas, forman parte del material incautado en la investigación policial que permitió desarticular una organización, cuyo centro de operaciones estaba en Badajoz, dedicada al tráfico ilícito de vehículos y estupefacientes. La operación Santo-Cartones permitió desarticular una red que contaba con ramificaciones en municipios de Valencia, Sevilla y Cádiz, aunque el principal centro de operaciones se encontraba en la capital pacense.

Juan Carlos G. P., conocido popularmente como Carlichi , era uno de los cerebros de la trama. Vecino de la ciudad de Badajoz y con 32 años de edad, es un conocido delincuente a quien el grupo de Estupefaciente de la Brigada de Policía Judicial seguía los pasos, dado que tiene numerosos antecedentes penales y policiales por la comisión de distintos delitos, en su mayor parte delitos relacionados contra la propiedad, según las fuentes policiales consultadas.

Carlichi vivía en Badajoz, en el barrio nuevo de la zona de Valdepasillas y el Perpetuo Socorro, próximo a La Granadilla. La policía conocía sus actividades y de hecho era objeto de una investigación a mediados del año pasado, por ser considerado jefe del principal cártel local que suministraba de hachís a Badajoz y su zona de influencia, incluida el área de Portugal.

Según desveló ayer la Delegación del Gobierno, el día de la operación, los agentes que participaron en la misma observaron el desembarco de la droga a distancia, pues el cártel había dispuesto tres líneas de seguridad que impedían acercarse al lugar sin ser vistos, por lo que esperaron a que transportaran los 50 fardos al chalet de Espartinas, que habían alquilado al efecto y donde se produjo el registro con orden judicial. Unas horas después se lograba desmantelar una de las redes a las que se ha incautado mayor volumen de drogas en Extremadura.