Ignacio Flecha es un vigilante jurado de Mérida que el pasado año se vio obligado a trabajar en Madrid al no encontrar empleo en Extremadura. Asegura que prefiere trabajar en la región porque en Madrid "hay mucho más riesgos, hay más delincuencia y tienes que estar más pendiente".

El estuvo encargado la mayor parte de su estancia en la capital de España de uno de los pabellones del Instituto Ferial de Madrid (Ifema), "donde no hay problema y no me importaría volver", pero que lo peor era trabajar en el metro y Renfe. Estos lugares son los más peligrosos, comenta, porque "hay muchos extranjeros y mafias organizadas, montan jaleos los fines de semana y no tiene nada que ver con lo que hay aquí". Ahora trabaja en Badajoz y no piensa marcharse fuera de la región si no es estrictamente necesario.

Su experiencia le da potestad para destacar la labor de compañeros que trabajan con furgones blindados para la recaudación de los bancos, "que se juegan el físico". Flecha insiste en que "los delincuentes te siguen los pasos", por lo que es recomendable, aconseja, cambiar de zona de trabajo para no estar localizado. Es más, dice que hace pocas fechas un compañero suyo ha sufrido varias puñaladas.

SALARIOS BAJOS

La necesidad del dinero le hizo marcharse, aunque ahora valora más cuestiones como la tranquilidad y que "la tierra tira mucho"

El sueldo base por convenio de las principales empresas de seguridad ronda actualmente los 620 euros al mes (120.000 pesetas), "y lo que sube el sueldo son los pluses por trabajar por la noche, fines de semana y festivos".

A Flecha no le ofrecieron una vivienda para invitarle a trabajar en Madrid, pero aunque lo hicieran, ahora lo pensaría dos veces.