Renfe mantiene circulando por Extremadura los trenes más antiguos que aún funcionan en España y que están a punto de cumplir cuarenta años. Además, según explica el propio Ministerio de Fomento en un reciente informe, se ha iniciado una especie de operación renove del material ferroviario español que, al menos de momento, no ha llegado a la región.

El parque móvil que Renfe destina a la comunidad extremeña es el más antiguo de España, hasta el punto de que en estos momento no circula en la región ningún tren posterior a 1985, una situación que no se da en ninguna otra autonomía del país. Y es que la antigüedad media de los ferrocarriles extremeños se sitúa muy cerca de los treinta años. Sin embargo, el mal estado de las vías, con limitaciones especiales de velocidad en el 60% del trazado, hace que pese a todo estas máquinas no puedan desarrollar su velocidad potencial.

Por lo que se refiere a la Unidad de Grandes Líneas --la de los talgos-- es la que se encuentra en peor situación, especialmente la línea que une Madrid y Badajoz.

CUATRO DECADAS EN ACTIVO

En este caso se utiliza el Talgo III, que entró en servicio en 1964 y que, por lo tanto, cumplirá cuarenta años en el 2004, siendo el modelo más antiguo de los que aún funcionan. Además, utiliza la locomotora S/353, que comenzó a funcionar en 1968. Teóricamente puede llegar a alcanzar hasta 160 kilómetros por horas de velocidad punta, aunque el estado de las vías regionales no lo permite.

Algo más modernas son las máquinas que realizan los viajes entre Madrid y Lisboa y Barcelona, Madrid y Badajoz. Se trata del Talgo IV, activo desde 1980 y que puede circular a hasta 180 kilómetros por hora. Además, es el último de los talgos que no admite el ancho de vía variable, por lo que ya sólo se utiliza en seis líneas en toda España. Su locomotora, la S/333, se fabricó en 1974.

En el resto del país el más habitual es el Talgo VI, que se empezó a construir en 1982 pero que se continúa renovando, de forma que hay trenes de este modelo que han empezado a operar este mismo año. El Talgo VII, del año 2000, sólo llega a cinco líneas.

En general los vagones son de los años noventa, una década que, según los propios datos que maneja Renfe, sólo ha dejado fuera de la renovación a Extremadura.

Algo similar ocurre en el caso de las líneas regionales, que en la comunidad optan por los modelos diésel de principios de los ochenta, de la serie 592 y 593, las denominadas Camellos por su nivel de consumo y que alcanzan hasta 120 kilómetros por hora. Estas máquinas sólo se usan en la tercera parte de las conexiones de Renfe, entre ellas las extremeñas. El resto utiliza las series 594 y 596, de finales de los años noventa.

Pero el problema es aún mayor, puesto que debido al mal estado de las vías extremeñas ni siquiera trenes de esta antigüedad pueden desarrollar su máximo potencial. Hay que tener en cuenta que actualmente el 60% de la línea ferroviaria extremeña sufre limitaciones extraordinarias debido a su mal estado, como ya avanzó este diario. De esta forma, hay numerosas zonas donde no se pueden rebasar los 30 ó 40 kilómetros por hora.

La combinación de todos estos factores ha hecho posible que el tren atraviese la mayor crisis de su historia en Extremadura. Tanto que el número de viajeros se ha reducido a la mitad en los últimos ocho años, y el ferrocarril pierde ya en torno a treinta mil pasajeros anuales.