BAGDAD. Un soldado --que debe pertenecer a alguna de las temibles divisiones motorizadas de Sadam que se han esfumado o han sido aniquiladas por las tropas ocupantes-- y un fedayín armado pasan en motocicleta ante los restos del carro de combate estadounidense, un M1A1 Abrams, convertido en trofeo de guerra. Los americanos lo abandonaron en los barrios septentrionales de Bagdad por una avería. El secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz, aclaró que los soldados lo destruyeron para que no cayera en manos del enemigo. Y éste sostuvo que el tanque fue destruido con una granada. FRANCESC LAUSIN