Al PP la transición del Gobierno a la oposición le está resultando trabajosa. Ayer José María Aznar volvió a exigir a José Luis Rodríguez Zapatero que le aclare por escrito si apoya o no que el Gobierno en funciones releve en abril a las tropas desplegadas en Irak, el 80% de las cuales están integradas por soldados extremeños de la base de Bótoa. Pero, sin esperar su permiso, el presidente en funciones ya ha activado la sustitución de los militares, según reconocen fuentes del Ministerio de Defensa.

El grueso de los 1.300 soldados instalados en Base España, en la localidad iraquí de Diwaniya, deben ser relevados por tropas de refresco antes del 21 de abril, pero su sustitución se producirá de forma paulatina. Por eso el lunes, al menos 160 militares del INSE III, el Elemento de Apoyo Logístico Nacional, partirán en aviones civiles de la base aérea de Zaragoza con rumbo a Irak.

Integrado por fuerzas procedentes de Aragón, Cataluña y Canarias, este contingente cumplirá labores de transporte y abastecimiento de la Brigada Plus Ultra. Un segundo grupo de apoyo con otros 44 soldados partirá el 5 de abril, y el grueso del contingente, legionarios ahora acuartelados en Málaga y Almería, lo hará a partir del día 14.

Pese a que estos planes ya están en marcha, ayer Aznar, al cierre de la cumbre europea de Bruselas, aseguró que espera "con ansiedad" las instrucciones del líder socialista sobre el relevo de las tropas. "Haré lo que se me diga con mucho gusto", bromeó el presidente en funciones tras subrayar que "los tiempos no están para alegrías y hay que asumir responsabilidades".

RESPONSABILIDADES Aunque el jueves, en la Moncloa, Zapatero le respondió que debe ser el Gobierno en funciones el que tome esa decisión, el propósito de Aznar es otro: que el PSOE se corresponsabilice públicamente del envío de soldados a Irak y de lo que allí pueda sucederles hasta su retirada.

Dentro de esta operación, el ministro portavoz, Eduardo Zaplana, aireó ayer en la Moncloa la existencia de un pronunciamiento por escrito del futuro ministro socialista de Defensa, José Bono. El PSOE ratificó anoche que "no pondrá objeciones" a las medidas del Ejecutivo.