Unos miran esperanzados a las encuestas más recientes y otros no las quieren ni ver. Hay quien, con cierta nostalgia, echa la vista a lo ocurrido hace cuatro años y otros dan este salto sin marcarse un listón. Algunos se conforman con repetir el resultado del 2008 y otros simplemente aspiran a ratificar su progresión electoral. Los nueve partidos que han presentado candidatura al Congreso (ocho en el caso del Senado) en las provincias de Cáceres y Badajoz concurren a las elecciones de hoy con un mismo objetivo (obtener los mejores resultados posibles), pero con aspiraciones muy diferentes.

En este escenario, el PP parte como favorito para ganar las elecciones en la región. Así lo apuntan las encuestas. Sin embargo los populares no se conforman con una simple victoria en votos. El objetivo es romper el empate a cinco escaños que han mantenido con los socialistas en los últimos comicios nacionales. Sin querer hacer pronósticos, sus dirigentes confían en aprovechar el impulso de la ola azul con la que ganaron las elecciones autonómicas de mayo para dar un varapalo mayúsculo al PSOE extremeño. En el partido celebrarán por lo grande conseguir seis de los diez diputados en juego. Pero algunos albergan la esperanza de incluso llegar más lejos, dado que hay sondeos electorales (como el realizado por la empresa Sigma Dos para el diario EL MUNDO o la de Metroscopia para EL PAIS) que abren la puerta a la posibilidad de que conquisten siete escaños (dejando al PSOE solo con tres). Sería un golpe de autoridad y un espaldarazo a la gestión de los populares en la comunidad autónoma

Las aspiraciones socialistas son bien diferentes. El triunfo, dadas las malas perspectivas que ofrecen las encuestas y los negativos resultados obtenidos en mayo, pasa en este caso por conservar los cinco diputados que han tenido en el Congreso durante las últimas legislaturas (dos por la provincia de Cáceres y tres por la de Badajoz). Solo los más optimistas piensan en una victoria, que sería mínima y muy alejada del éxito obtenido en las elecciones del 2008, cuando la organización obtuvo 365.000 votos (el 51% del total emitido en Extremadura).

La coalición, por su parte, no se arredra y sus cabezas de lista por Cáceres y Badajoz incluso han hablado del sueño de lograr un diputado. Lo dicen pensando en una gran debacle socialista. Pero son conscientes de que para conseguir un representante en el Congreso necesitarían del apoyo de casi 70.000 extremeños, cuando en los anteriores comicios generales se quedaron en 20.600 votos y en las elecciones autonómicas de este año, en 36.000. En todo caso, la alta abstención esperada y el descontento con la gestión de Rodríguez Zapatero les permite soñar, aunque el objetivo real de la formación está en superar los resultados del 2008.

No obstante, existe otro reto para IU Extremadura. Con unas relaciones tensas con la dirección nacional por el apoyo al PP en la Asamblea (Cayo Lara ni siquiera ha querido venir a la región para hacer campaña), la coalición aspira a mantener su posición como la séptima federación regional más votada. Hace cuatro años logró el 2,95% de los votos emitidos en la comunidad autónoma, un porcentaje que solo superaron las agrupaciones autonómicas de Asturias (7,2%), Andalucía (5,1%), Cataluña (4,9%), Madrid (4,6%), País Vasco (4,5%) y Navarra (3,3%).