Poco después del mediodía de ayer, la televisión del Vaticano mostró el cadáver del Papa más mediático de la historia postrado en un catafalco, con la cabeza ligeramente ladeada hacia la derecha, recostada sobre almohadones dorados, y ataviado con una casulla roja, que simboliza el luto, y una mitra blanca. Debajo del brazo izquierdo aparecía el báculo y las manos entrelazadas sobre el pecho. Dos guardias suizos, con uniforme de gala, custodiaban los restos del hombre que durante los últimos 26 años marcó el rumbo de la Iglesia católica. Era la primera vez que se mostraban imágenes de un pontífice fallecido desde sus aposentos privados.

La escena, captada en directo, pertenecía a la sala Clementina del Palacio Apostólico, por donde desfilaban los miembros de la curia y las primeras autoridades civiles italianas, con el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, y el primer ministro, Silvio Berlusconi, a la cabeza, para despedir a Juan Pablo II y trasladar sus condolencias al secretario particular del finado, Stanislav Dziwisz, y a la cúpula del catolicismo. La sala donde ahora se muestra su cuerpo, junto a la biblioteca, ha venido siendo usada por el Papa en sus audiencias privadas.

EL CIRCULO POLACO Ahí estaba el grupo de monjas polacas, que junto a sus dos secretarios, constituían la familia de Karol Wojtyla. Juan Pablo II expiró en su presencia, y en la de otros tres eclesiásticos, también polacos.

Unicamente hubo cinco testigos italianos: los cinco miembros del equipo médico, tres doctores y dos enfermeros. Ninguno de los altos cargos de la curia estaba presente cuando sobrevino el deceso.

El certificado de las causas de la muerte dado a conocer ayer, firmado por el jefe de los servicios médicos del Vaticano, Renato Buzzonetti, señala que "un choque séptico y un colapso cardiorrespiratorio irreversible" provocaron la muerte. En el documento se añade que el Pontífice padecía Parkinson y una insuficiencia respiratoria aguda que había desembocado en una traqueotomía. Juan Pablo II sufría una cardiopatía hipertensa e isquémica y una hipertrofia prostática benigna complicada por una infección bacteriana de la sangre.