Mientras unos esperan con resignación y paciencia poder entrar algún día en sus casas, otros ya lo han conseguido. Los últimos afortunados han sido 57 familias de Plasencia y 300 de Mérida, que han recibido las llaves de sus viviendas en las últimas semanas.

Algunos, como Javier Blázquez y Fátima Barriga, llevaban esperando cuatro años este momento, pero el día de la entrega de llaves, no podían hacer otra cosa más que sonreir. "La espera se olvida, ahora lo que sentimos es mucha emoción porque es tu piso, es una sensación muy rara", explicaba Fátima. Tienen 25 y 27 años y viven en un piso de alquiler en Cáceres, que dejarán en cuanto acondicionen el nuevo.

Están deseando trasladarse a la ciudad de origen de Javier y, sobre todo, a su casa con mayúsculas. Rebosan optimismo porque, pese a ser la primera promoción de viviendas que ha dado el salto al río en la ciudad, "me encanta la zona, es como si estuvieras en el campo, pero a la vez, no estás lejos de la ciudad y esto en poco tiempo se va a llenar de viviendas", afirmaba Javier entusiasmado. No les preocupa que aún no haya línea de teléfono fijo en la zona.

Como ellos, Nuria y Juan Carlos, procedentes de Las Hurdes, pueden estrenar ya su vivienda, que esperaban desde hace dos años y así otros nombres propios como Sandra, Antonio, Flor, familias con niños, jóvenes y adultos ya con hijos viviendo fuera de casa.

Son los nombres y las historias de quienes han tenido la suerte de tener las llaves de su casa en la mano. Una suerte tal que muchos no dudan en mostrar el manojo de llaves con una sonrisa de oreja a oreja.

Al final, el mensaje para todos y para los que sueñan con ocupar algún día su lugar es el mismo: "Al final, todo llega".