Cerca de 8.000 inmigrantes musulmanes residentes en Extremadura celebran desde el pasado día 15 de octubre el Ramadán, el mes sagrado de abstinencia, ayuno y recogimiento para el rezo. Según datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE), la cifra de residentes extranjeros legales en la región en el 2003 era de 17.123, de los que casi 10.000 proceden fundamentalmente de Marruecos, aunque también de Argelia, Túnez, Egipto y otros países donde se sigue el Islam, aunque no todos ellos sean practicantes.

El profesor de la Universidad de Extremadura (Uex) y experto en Islam Domingo Barboya sostiene que es muy difícil saber el número exacto de musulmanes en la región, pues hay una bolsa importante de inmigrantes (los que están en situación irregular) que escapa a las estadísticas oficiales. En cualquier caso, considera que más del 75% de los musulmanes que llegan a Extremadura procedentes de países árabes --Marruecos y Argelia, sobre todo-- profesan el Islam y siguen estos días el mes de ayuno sagrado. Extrapolando este porcentaje a los datos del INE, resultaría que casi uno de cada dos inmigrantes son musulmanes.

MES DEL CORAN La celebración del Ramadán no se produce en una fecha fija todos los años, sino que oscila en función del calendario lunar musulmán. El Ramadán es también conocido como el mes del Corán, pues fue el mes en que los secretos del libro sagrado musulmán fueron revelados al último de los profetas enviados por Alá, llamado Muhammad. El ayuno es la punta de lanza de la celebración del Ramadán, una circunstancia que los practicantes tienen que compaginar con la jornada laboral.

El ayuno finaliza con la puesta del sol, que marca también el inicio del tiempo para la oración en congregación. La liturgia recomienda la ingesta de alimentos naturales y ligeros, con abundancia de fruta y verdura.

Se evita la carne y los azúcares en abundancia. Como norma general, el Ramadán han de seguirlo todos aquellos que hayan superado la pubertad, aunque hay excepciones: mujeres que tengan la regla o que no se hayan recuperado de un alumbramiento, así como ancianos, enfermos y personas que estén de viaje.

El profesor Domingo Bardoya, que se lamenta de que la Junta no haya apoyado económicamente una propuesta de investigación sobre la comunidad islámica en Extremadura, eleva el número de inmigrantes --legales y no-- en la región por encima de las cifras del INE y lo sitúa en al menos 22.000 personas. Según los datos que maneja Adel Mohamed Najjar, imán de la mezquita de Badajoz, el número de musulmanes en Extremadura supera los 6.000, de los que 4.000 residen en la localidad cacereña de Talayuela.

El número de extranjeros ha crecido sobre todo entre los procedentes de Marruecos, que eran 9.312 en el 2003, según el INE. Bardoya explica que "la venta ambulante y las tareas agrícolas" son las principales ocupaciones de la comunidad islámica que reside en Extremadura. En el caso de los marroquís, Bardoya asegura que huyen de un país con desigualdades muy importantes y un nivel de riqueza bajísimo. Este hecho, unido a la "fragmentación del mercado laboral" en Europa, que provoca la falta de mano de obra en sectores como el agrícola, produce un claro efecto llamada .

La acumulación de magrebíes en el norte de Cáceres en los últimos años, especialmente en el municipio de Talayuela, no se podrá sostener a medio plazo, considera Bardoya, debido a la crisis que atraviesa el sector del tabaco. La retirada de las ayudas a los productores al final de esta década o, antes, la desvinculación de las primas de la producción (cobrar sin cosechar) harán que no sea necesaria tanta mano de obra en la zona.

Pese al incremento del número de inmigrantes en Extremadura en los últimos años, el porcentaje que representan sobre la población total de la región es aún reducido en relación a otras comunidades. En Extremadura no llega todavía al 2% del censo regional mientras que en otras comunidades como Madrid los extranjeros rondan el 10%.